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FpV y PJ, en río revuelto

El peronismo atraviesa una etapa de fuerte discusión interna a partir del caso López. Deserciones en el bloque kirchnerista en el Congreso y realineamientos posibles.

27 junio de 2016

El Frente para la Victoria fue el instrumento electoral con el que los Kirchner llegaron al poder en 2003 y gobernaron durante doce años. No obstante, no tuvo la misma composición o densidad política, ni tuvo la misma naturaleza durante ese transcurso. Fue sello político durante la campaña y los primeros tiempos del acuerdo con Eduardo Duhalde, cuando el aparato del PJ bonaerense torció la balanza a su favor. Fue engranaje del intento de transversalidad, cuando se produjo la ruptura con Duhalde y Kirchner hablaba de “pejotismo”, despectivamente. Fue fuerza decisoria en la Concertación Plural, con un sector del radicalismo. Y pretendió ser un frente de partidos, con el predominio en el PJ, cuando la decisión de los Kirchner fue no dejar en manos extrañas la conducción del Justicialismo.

Lo que no queda claro hoy es qué puede llevar a representar el Frente de aquí en más. Sobre todo, luego de la serie de hechos que parecen ligar de manera directa a los gobiernos anteriores con casos de corrupción, y la deserción que ya se dió y que se prevé en términos de escaños parlamentarios y apoyos posibles. Si el FpV deviene corriente interna (menor y hasta marginal) dentro de una peronismo estructurado en el PJ como estructura orgánica predominante. Si mantiene sus pretensiones de convertirse en aglutinador de voluntades por afuera incluso del peronismo, como el frente ciudadano invocado por Cristina. O si termina por desvanecerse, entre tanta fragmentación, pases de factura internos o tránsito de dirigentes propios hacia un peronismo que ofrezca menos zozobras.

Lo cierto es que el escenario de río revuelto parece retroalimentarse y aleja la ligazón entre las siglas. El panorama en la Cámara de Senadores, donde el componente kirchnerista más puro siempre fue menor, no trajo hasta aquí disidencias de gran voltaje. Pero sí signos claros de distanciamiento y diferenciación. Sobre todo, a partir de la presidencia del bloque (se sigue llamando FpV-PJ) a cargo de Miguel Pichetto. Distinto resulta en Diputados, donde el kirchnerismo tenía presencia más consustanciada y un bloque que le permitía ser la primera minoría de la Cámara. La deserción de casi una veintena de legisladores encabezados por Diego Bossio, extitular de la Anses, primero, y de otros seis diputados del Movimiento Evita, la última semana, marcha esa impronta. De retroceso persistente. De sangría sin suturar.

Encuentros

La conducción nacional del Partido, con José Luis Gioja como principal motor, pretende amortiguar el golpe y tomar distancia de los infortunios. También diputado, fogonea un alejamiento del bloque kirchnerista, pero con la pretensión de que el número sea lo suficientemente importante como para que lo suyo no sea considerado un acto de traición. Y con el objetivo (dificíl de conseguir, en este contexto) de buscar la mayor unidad posible entre los distintos espacios del universo peronista. Incluso, con Sergio Massa y su Frente Renovador.

El encuentro de dirigentes que se desarrolló el fin de semana en Formosa muestran que las preocupaciones exceden los espacios y las pertenencias. Aunque no aseguran esa pretendida unidad. Allí estuvieron, entre otros, los kirchneristas Gustavo Menéndez y Carlos Kunkel; los dirigentes del Movimiento Evita Fernando “Chino” Navarro y Jorge Taiana; el gobernador del Chaco Domingo Peppo; el diputado Mario Oporto, el senador Jose Mayans, y el dirigente del gremio de los docentes privados Horacio Ghilini. Y, por supuesto, el gobernador Gildo Insfrán ?presidente del Congreso del PJ y anfitrión?. José Luis Gioja, titular del Consejo Nacional, estuvo entre los convocantes, aunque finalmente no asistió. Y el documento combinó reivindicación de las políticas de gobierno del kirchnerismo, críticas al gobierno de Cambiemos y decisión más o menos explícita de emprender el camino del poskirchnerismo.

Cómo sigue

Gioja, precisamente, convocó para este jueves a una reunión del Consejo Nacional que preside y adelantó que el temario que se discutirá incluirá un aval a la expulsión de José López como afiliado ?ya decidida por el peronismo de Tucumán?. Otra iniciativa del sanjuanino es generar las condiciones para que vuelvan a la estructura del partido aquellos dirigentes que se distanciaron en el último tiempo, de Florencio Randazzo ?con ascendencia en alza a partir de la buena relación que logró establecer con intendentes de la provincia de Buenos Aires?, a Julián Domínguez. Pero, también, Massa y los renovadores que rompieron hace ya tres años. Lo que no parece claro, aunque haya una decisión en ese sentido, es de qué manera puede darse la decisión “peronizar” lo que más se pueda, sin subdividir más, el entramado justicialista en las Cámaras. La decisión del kirchnerismo duro de persistir en la conducción del bloque, con Héctor Recalde como abanderado, sin resignar espacios, abre condiciones para una mayor tirantez. Que la disputa política podrá o no saldar.

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