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¿Volverán a subir las naftas?

En el corto plazo, las dos variables que influyen en el precio (el tipo de cambio y el barril de petróleo) se mantendrán estables. Sin embargo, la evolución esperada para ambos factores no permite descartar un nuevo incremento en el mediano plazo.

04 mayo de 2016

El brusco incremento de 10% en el precio de los combustibles sorprendió a todos, en un contexto en el que el Gobierno Nacional apuntaba a empezar a reducir la tendencia inflacionaria. Después de la corrección de tarifas de energía eléctrica en marzo, y de gas, agua y transporte en abril, en mayo se suponía que no habría nuevos incrementos en los precios regulados, para empezar a mostrar una reducción gradual de la tendencia de los precios, como había prometido el equipo económico para el segundo semestre. Sin embargo, los combustibles subieron y en una magnitud importante, lo que ?según consultores privados? presionará la suba de precios por encima de 3% para este mes.Ante la noticia de la suba, el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, salió a justificar el incremento y explicar el porqué de la decisión. Según el funcionario, la devaluación de diciembre había incrementado los costos de los productores, por lo que era preciso devolverle gradualmente la rentabilidad perdida en diciembre, lo que se habría logrado finalmente tras esta última suba.

Tanto para los consumidores como para el Gobierno, entonces, una estabilización del precio de los combustibles a futuro sería lo mejor. Sin embargo, Aranguren sujetó su evolución a dos variables: el tipo de cambio y el precio del crudo. “Sobre la misma base en que ahora están las cosas, no va a haber necesidad de nuevos aumentos. Si el tipo de cambio cayera, como ocurre hoy, es posible que alguien decida bajar las naftas. En el esquema de precios libres, si el crudo en el mercado internacional cayera hacia fin de año, vamos a tratar de que se logre un equilibrio con un precio a la baja”, sostuvo en un encuentro con la prensa.

La primera variable, el tipo de cambio, podría ser un aliado del Gobierno, al menos en el corto plazo. Con el ingreso de dólares a la economía estacionalmente elevado producto de las liquidaciones del complejo agropecuario durante este trimestre, y la entrada de divisas fruto del endeudamiento -nacional y de las provincias?, es probable que el tipo de cambio no suba en los próximos meses. En los últimos treinta días, sin ir más lejos, la cotización del dólar no solo no subió sino que bajó, alrededor de 50 centavos.

Pasado este período, lo que suceda con el dólar es menos previsible. En un futuro, ya sin un ingreso masivo de divisas, el Gobierno se podría ver tentado a mantener el dólar atrasado para favorecer el consumo, aunque eso signifique una pérdida de rentabilidad por parte de los productores y las economías regionales. Aunque también podría eligir depreciar la moneda y mantener el tipo de cambio real, en cuyo caso la presión sobre los costos de las petroleras productoras de nafta volverá a subir, y no podría descartarse un nuevo aumento.

Por el lado del crudo, en tanto, la presión sobre los precios es también ambivalente. Después de un desplome de más de 70% entre mediados de 2014 y principios de este año, el barril de petróleo a nivel internacional volvió a crecer hasta los US$ 45, que es su precio en estos días. Sin embargo, los analistas esperan que la sobreoferta que está arrastrando hacia abajo los precios tienda a achicarse durante el año y más allá de 2016. “Creemos que en condiciones normales, hacia el final de este año, en la segunda mitad de este año o más tardar en 2017, los mercados van a reequilibrarse”, sostuvo en ese sentido el jefe de la Agencia Internacional de Energía (AIE), Fatih Birol, recientemente.

No obstante, como señala el presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de los Hidrocarburos (CECHA), Carlos Gold, “existe una limitante que es que la industria local se guía por el precio de referencia interno y eso es prácticamente inamovible en la medida en que el Gobierno Nacional, las provincias y las compañías productoras no lo dispongan”. “Sí veo como un elemento a tener en cuenta es la futura corrección que pueda haber o no en el tipo de cambio”, planteó, en diálogo con El Economista. En cualquier caso, lo que es seguro es que de no existir una baja a nivel internacional, pese a que se mantenga el subsidio al “barril criollo” difícilmente haya una reducción en los precios de los combustibles. Por otro lado, la idea del Ministerio de Energía es reducir en algún momento la subvención a las petroleras, ante lo cual el barril interno tendería a converger con el externo.

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