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Una industria que mira al extranjero.

02 mayo de 2016

Por Martín Slipczuk

A pesar de la importancia que tiene el mar para la mayoría del país, el pescado todavía no termina de insertarse en la mesa de los argentinos. El consumo de pescado (8 kilos de consumo anual por habitante) sigue siendo muy inferior a otros animales como la vaca (casi 60 kilos) o el pollo (cerca de 50 kilos). Sin embargo, estos datos poco le preocupa al sector, ya que exporta más del 90% de su producción y su principal inquietud es el tipo de cambio.

Según la consultora Claves, las capturas totales de 2015 superaron las 750.000 toneladas y el sector continuó con una tendencia decreciente que mantiene desde 2013. El punto máximo de los últimos años se registró con las 933.349 toneladas de 2008, es decir, las capturas registraron una caída acumulada del 20% en los últimos siete años.

Gonzalo Vázquez, director de Claves, afirmó que “la salida del cepo, junto con la corrección cambiaria, debería haber liberado al sector”. “De todas formas, los problemas de rentabilidad y empleo siguen siendo muy pronunciados”, agregó el especialista. Vázquez también destacó la preocupación que existe en los dirigentes sindicales porque la actividad todavía no despega y por la decisión adoptada por la Subsecretaría de Pesca de ajustar los controles.

“La coyuntura indica que el 2016 va a ser un año complicado por los problemas de competitividad, que persistirán y por la falta de recuperación de la demanda interna. Para 2017 se espera una recuperación motorizada por la mayor demanda interna y una recomposición de las tareas de investigación. Además, se prevé el establecimiento de capturas mínimas más coherentes debido a la mayor experiencia de las autoridades”, señaló Vázquez.

A pesar de la devaluación, los datos del primer trimestre no son para nada alentadores. Según datos de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, las capturas bajaron 25% en comparación a los mismos meses del 2015. Lo único positivo es que las exportaciones de enero y febrero aumentaron 11% en toneladas comparadas con el año pasado. Sin embargo, las importaciones también crecieron, y en un porcentaje mucho mayor, superando el 30%. El sector pesquero nacional es fundamentalmente exportador pero, al contrario de otras economías regionales, sus mercados están lo suficientemente diversificados como para no depender de ningún país específico. El principal destino de las exportaciones en el 2015 fue España, que significó el 28% de los US$ 1.500 millones que exportó el sector. Le siguieron China (13,5%), Estados Unidos (9,6%), Japón (7,3%) e Italia (7,1%).

Asimismo, las importaciones son claramente inferiores a las exportaciones, con lo cual el sector es estructuralmente superavitario. El año pasado el superávit de la balanza comercial sectorial superó los US$ 1.300 millones.

En cuanto al mercado interno, desde la consultora IES destacaron que durante el 2015 el consumo interno de productos pesqueros tuvo una leve suba del 2,3%. “Las ventas internas de productos pesqueros tuvieron un escenario expansivo, lo cual indicaría que la producción que no pudo colocarse en el exterior, fue consumida a nivel nacional”, sostuvieron en su informe, a la vez que destacaron el rol que tuvo el aumento de los precios en otras carnes en el mercado local.

Alejandro Ovando, director de IES, afirmó que “las perspectivas del sector pesquero para el 2016 son positivas”, principalmente debido al aumento de su competitividad vía precio, producto de la suba del tipo de cambio, y a la eliminación de retenciones a las exportaciones. “Se estima que habrá más predisposición hacia la colocación en el exterior, en detrimento del mercado interno, cuya demanda encontrará deteriorado su poder de compra”, manifestó.

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