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Un sector clave que no reacciona

Según ADIMRA durante el primer trimestre de 2016 la producción en el sector metalúrgico se contrajo 13,1%. Perspectivas negativas para el corto plazo.

03 mayo de 2016

Tras un 2015 que tuvo resultados neutros para la actividad metalúrgica, el primer trimestre de este año mostró una tendencia bajista sostenida durante todo el período enero-marzo. De acuerdo a un informe elaborado por el Departamento de Estudios Económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), el desplome de la producción en este sector fue de 13,1% en términos interanuales, un desempeño que impactó de manera importante en el nivel de actividad y en la utilización de la capacidad instalada (UCI). En los primeros tres meses del año el uso de la capacidad instalada estuvo en torno al 50,3%, un nivel que supone un retroceso del 16,3% respecto del mismo período del año anterior.

Esta última es una variable usualmente seguida con atención para poder determinar la fortaleza de un sector y su margen de crecimiento potencial. Según los analistas, el uso intensivo de la capacidad instalada indica, por un lado un nivel de actividad pujante que utiliza los recursos disponibles. Pero por otro lado, el uso excesivo del equipamiento presagia la necesidad de mayores invesiones, que puede conllevar cierta obsolescencia de la tecnología disponible. Por eso, lo recomendable suele ser un buen nivel de uso de la capacidad instalada, síntoma de que la actividad sectorial está sólida, pero que también haya un margen que pueda absorber una mayor producción. El indicador actual de UCI revela más bien frialdad en el nivel de actividad, porque si bien hay margen de utilización de la capacidad, eso no se debe a inversiones que haya impulsado el sector en los últimos años.

Empleo en baja

Como parte de este combo, las empresas metalúrgicas registraron en el primer trimestre un crecimiento promedio del empleo del 9,7% interanual. Pese al dato relativamente positivo, “según la percepción de los empresarios, esta variación expresa una suba implícita de precios en torno al 32%, mientras que los incrementos de los costos totales se ubicaron por encima del 37%”, sostiene el documento.

Todos los rubros que componen la actividad retrocedieron a nivel de producción, si bien se advierte cierta heterogeneidad entre ellas. Como es de suponer, la maquinaria agrícola registró un retroceso del 5% en el primer trimestre comparado con el mismo período del año anterior, mientras que fundición y autopartes ?extrañamente por la caída de la industria automotriz? cayeron sólo 6%. Las principales luces amarillas están en aquellos rubros que superan en mucho al promedio metalúrgico (-13%). Equipamiento médico (-26%), equipos y aparatos eléctricos (-25%), bienes de capital (-22%) y otros productos de metal (-19%).

También el empleo en el sector sufre un momento negativo. “En línea con el comportamiento de la actividad metalúrgica, el nivel de empleo se redujo en el primer trimestre -2,5% frente al mismo período del año anterior”, destaca el informe de ADIMRA. En comparación a diciembre de 2015 el 40% de los consultados señaló una reducción de su plantilla de personal y apenas 13% incrementó el listado de empleados.

Expectativas

La cuestión central aquí es que la industria metalúrgica, por su propia naturaleza es una “madre de industrias”, algo así como una actividad industrial que hace producir a otras industrias. De allí el valor que tiene el dato de inversión y maquinaria, así como el impacto negativo que supone que una producción metalúrgica que retroceda respecto del año anterior.

En este contexto, las expectativas de producción para el trimestre móvil abril-mayo giran en torno a “una futura disminución en el nivel de actividad”. Consultados sobre las perspectivas que vislumbran más de 40% de los empresarios prevén una caída en su producción, en tanto que tres de cada diez considera que habrá una mejora en los próximos meses. Cabe aclarar que se mantiene estable la cantidad de empresarios que creen que la situación tenderá a mejorar, y creció en número de respuestas acerca de que no habrá cambios en el corto plazo.

En el desglose de expectativas por sectores y actividades, se prevé una perspectiva de mayor desempeño en el rubro “bienes de capital”, en tanto que el entusiasmo respecto de “productos de metal” y “equipos y aparatos eléctricos” es más bien moderado. En cuanto a las expectativa de empleo en el sector, más de la mitad de los consultados avizora un escenario sin cambios, mientras que un tercio espera para el corto plazo “una caída en la plantilla de personal de su empresa”. Así, apenas dos de cada diez empresarios creen que mejorarán las posibilidades de contratar más personal.

Sin dudas, el sector metalúrgico se encuentra en un momento complejo que refleja el cambio de escenario y de precios relativos que se dio en la economía nacional desde diciembre. Más allá de cierta mirada optimista para el mediano plazo, la coyuntura no es sencilla y afecta particularmente a empresas de provincias y sectores en los que la inversión es una variable clave para su despegue. Distritos como Buenos Aires (-16%) y Santa Fe (-11%) han tenido una evolución negativa en cuanto a producción, mientras que Córdoba (-3%) registra caída, pero de menor magnitud que el resto.

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