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“La pesca genera más divisas que la carne”

Entrevista Tomás Gerpe Subsecretario de Pesca y Acuicultura de la Nación.

02 mayo de 2016

Por Martín Slipczuk

El subsecretario de Pesca y Acuicultura de la Nación, Tomás Gerpe, dialogó con El Economista sobre el andar del sector pesquero. Aseguró que “es un año para salir hecho” y destacó que las principales críticas de la industria, como eran el atraso cambiario y las retenciones, ya fueron solucionadas por el nuevo Gobierno.

¿Cómo encontraron a la Subsecretaría cuando asumieron y cómo está el sector?El sector venía golpeado por el tipo de cambio difícil para una industria netamente exportadora. Por esto mismo, blanquear el tipo de cambio y tener un dólar único, así como la eliminación de los derechos de exportación, fueron cambios importantes que les da un poco de oxígeno a las empresas. En cuanto a la producción, estamos con números parecidos al año pasado, aunque bajó mucho la pesca del calamar. Además, si bien implementamos medidas de control sobre la merluza, oficialmente en el primer trimestre tenemos los mismos desembarcos de ese pescado que el año pasado. Por ahora es un año similar, en las temperaturas y condiciones, al 2010, que fue un mal año.

¿Cuáles son las principales características de la industria y cuáles son sus objetivos desde las Subsecretaría?

Las estadísticas oficiales dan cuenta de un sector en donde más del 90% de la producción se exporta. Hoy tenemos un impacto en precios por la devaluación y por características propias de los desembarques. Es una industria que ocupa aproximadamente 45.000 empleos directos y cuya demanda en el mercado interno está muy concentrada en merluza. Asimismo, es una industria bastante concentrada en tres especies (merluza, calamar y langostino) y en tres lugares (Mar del Plata, Puerto Madryn y Puerto Deseado). Uno de nuestros objetivos es transparentar el sector, que es una debilidad. Después tenemos que mejorar en la diversificación de los mercados y avanzar en la relación con Brasil.

La pesca no es tan importante como industria a pesar del litoral maritimo que tiene el país. ¿Por qué cree que se da este fenómeno?Es un sector que, si bien no es más grande, genera más divisas que la carne. Venimos superando los US$ 1.000 millones hace cinco años. Los principales desafíos son la falta de investigación de nuevos recursos y la falta de incentivos para el agregado de valor. No podemos pensar que en la competitividad influyen solo el tipo de cambio y las retenciones, sino que tenemos que pensar en nuevas herramientas. Muchas veces somos proveedores de materias primas e, independientemente del tipo de cambio, no somos competitivos para lograr el producto terminado. En cuanto al mercado interno, lo que hay que mejorar no tiene que ver con la pesca en sí, sino con toda la cadena comercial hasta que llega al cliente. Hay todavía demasiadas manos y eso genera un impacto negativo.

Destaca la importancia de la exploración, pero el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) está en crisis hace años. ¿Cómo planean solucionar este conflicto?

Hace dos años que los buques que se utilizan para campañas específicas no hacen investigaciones. Si bien trabajamos juntos, las medidas concretas sobre el Inidep las toma el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile y el Consejo Federal Pesquero. Estamos en proceso de solucionar la parte sindical y supuestamente en un mes deberíamos tenerlo cerrado. Después tenemos que acondicionar los buques que hace dos años que están parados. Es muy complejo.

A pesar de la devaluación, la inflación está restando competitividad nuevamente. ¿Qué planean hacer para que no se termine agotando esta ventaja tan rápidamente?

Tenemos que ver cómo son las paritarias. Las dos partes tienen que hacer un sacrificio, los empresarios y los trabajadores. Esto es complejo, porque cada industria pesquera (merluza, langostino, etcétera) tiene su propia negociación. Para mejorar la competitividad, desde la Subsecretaría estamos trabajando en distintas líneas de financiamientos y nuevas herramientas financieras porque la mayoría de las empresas tienen balances complejos por lo que no pueden acceder al crédito. Además, estamos trabajando sobre los costos de las Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART) porque tienen una carga muy fuerte. Por la particularidad de los trabajos, casi el 25% de la masa salarial se gasta en la ART de los embarcados, pero se les aplica la misma tasa a otros trabajadores, como los administrativos.

Para mejorar la competitividad, desde la Subsecretaría estamos trabajando en distintas líneas de financiamientos y nuevas herramientas financieras porque la mayoría de las empresas tienen balances complejos por lo que no pueden acceder al crédito.

A futuro, ¿cómo se imagina a la pesca argentina?

No creo que tengamos fuertes tasas de crecimiento, porque las pesquerías están complicadas a nivel mundial. No vamos a tener altos saltos en los volúmenes. Los saltos van a tener que venir dados por la calidad, por la diferenciación o por agregarle valor a los productos. Además, creo que el sector tiene que pensar convenios colectivos de trabajo más modernos. En Mar del Plata, por ejemplo, algunas plazas todavía tienen convenios de 1975. Pasaron 40 años y el mundo cambió. No digo que el sindicalismo sea viejo y obsoleto, sino que todos tenemos que adaptarnos al 2016 y empezar a pensar en el 2030 o en el 2050. La otra cosa importante es la acuicultura, el cultivo y la cría artificial de organismos en el agua. Argentina tiene muchos recursos acuáticos disponibles y la tendencia de producción mundial viene por el desarrollo de esta técnica, pero nosotros estamos afuera de eso. Recién ahora estamos terminando de reglamentar la ley de acuicultura. El gran salto viene por ese lado, pero es a largo plazo.

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