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El FpV salió al cruce, el FR más cauteloso

El paquete del Ejecutivo y viejos debates

27 mayo de 2016

El 29 de mayo del 2013, el gobierno de Cristina Kirchner logró aprobar, mediante un tratamiento rápido en el Congreso, el blanqueo de capitales, a pesar del rechazo de la oposición. Con resultados modestos y nueve prórrogas, aquella exteriorización de capitales finalizó en diciembre pasado, tras la decisión de un recién asumido ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat-Gay.

Ante la inminencia de un nuevo debate, esta vez propuesto por el gobierno de Cambiemos, el Frente para la Victoria, ahora en la oposición, comenzó a difundir la reacciones del PRO, el radicalismo y sus actuales aliados en aquella ocasión. Entre otras cosas, para expresar su inicial rechazo a la iniciativa. En Frente Renovador, la otra fuerza opositora de importancia en términos parlamentarios, en tanto, eligió una mayor cautela. Por lo menos, hasta conocer los pormenores “y la letra chica” de los proyectos.

En aquella ocasión, la sanción se obtuvo con 130 votos afirmativos contra 107 en contra de la Cámara de Diputados. El objetivo argumentado entonces era, en tres meses, “reactivar la economía” y “repatriar US$ 4.000 millones”. Según Ricardo Echegaray, extitular del AFIP, era la cifra a alcanzada en 2008, año del anterior. No se llegó a tanto. Luego de la sexta prorroga, 18 meses superado el vencimiento de la ley, el Gobierno había recaudado solo US$ 633 millones. En diciembre del año pasado, la cifra había llegado a 2.595 millones de dólares.

Postura de Cambiemos

“A fin de año habitualmente caen algunas prórrogas impositivas, por lo que hay que tomar algunas decisiones. El presidente Mauricio Macri optó por ponerle fin al blanqueo de capitales que había lanzado el gobierno anterior”, fueron las palabras que utilizó Prat-Gay para ponerle fin a aquel blanqueo. El ministro, que en el 2013 y en su función de diputado de la Coalición Cívica votó en contra, declaró que el mecanismo elegido entonces por el Gobierno “permitía ingresar dólares en efectivo y no a través del sistema financiero. Esto es insólito para cualquier regulación fiscal y se da de bruces con nuestro eje del combate al narcotráfico”. Y, en la discusión, agregó que “la segunda cuestión inaceptable es que no haya penalización para los que ingresaban, lo que atenta contra la equidad fiscal”. Fiel a su estilo, Elisa Carrió, actual socia del Gobierno, advirtió hace un tiempo que el blanqueo impulsado por el gobierno de Cristina “fue una estrategia de Néstor Kirchner, Lázaro Báez y Cristóbal López para lavar dinero”. El carácter “caro y con restricciones” que piensan darle al blanqueo, estiman en el Gobierno, podría amortiguar cierto cortocircuito al respecto, cuando el proyecto se trate en el Congreso.

Decisión del FpV

El Frente para la Victoria justificó la decisión, en su momento, como un camino “para que ingrese inversión”, tal como lo había señalado el por entonces secretario de Política Económica, Axel Kicillof. Para el ministro de Economía de aquel entonces, Hernán Lorenzino, Argentina seguía el ejemplo de países desarrollados en el mundo “que optaron por leyes similares”, citando los casos de Italia, Portugal, España y Grecia. Las declaraciones de estos días también distan de aquellos argumentos. Con algunas posturas de cierto rechazo, otras de espera y algunos reclamos al oficialismo de hoy por aquel debate. El recuerdo de aquellas frases utilizadas seguramente tendrán su eco en los próximos días en la discusión que viene.

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