Visto de cerca, el discurso oficial del Gobierno, que habla de despolitizar el empleo estatal y achicar su tamaño, muestra fisuras. Noticias como la conocida esta semana de los 26 trabajadores de la Subsecretaría de Juventud despedidos por Pedro Robledo y reemplazados en buena parte por militantes del PRO cuestionan esta versión. El propio subsecretario de Políticas Laborales, José de Anchorena, dijo a El Economista que si bien en el sector público se están midiendo más desvinculaciones que vinculaciones hubo nuevos ingresos, y las lista de nombramientos recientes de la cartera de Trabajo señalan, por ejemplo, que con el ministro Jorge Triaca, el secretario de Trabajo, Ezequiel Sabor y el secretario de Empleo Miguel Ponte ingresaron otras 120 personas. En esta línea, y haciendo foco en cuáles son las características del nuevo empleo estatal generado, un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPPyP) indica que el gobierno de Mauricio Macri ha incrementado la cantidad de cargos directivos respecto a la administración anterior.
“El Plan de Modernización y la creación de un ministerio con el mismo nombre, el despido de más de 10.000 empleados, la incorporación de una gran cantidad de CEOs y empresarios en puestos directivos y la creación de nuevos ministerios, secretarías y subsecretarías, junto con el cierre y/o desarticulación de distintas áreas, impulsan una reconfiguración en el perfil y organización de prácticamente todas las áreas del Estado Nacional”, consideró Claudio Lozano, coordinador del IPPyP. Un informe publicado recientemente por el instituto ?que fue elaborado a partir de datos oficiales del Ministerio de Modernización y del GPS del Estado (CIPECC y ASAP)? señala que el gobierno de Macri ha multiplicado los cargos jerárquicos de la estructura estatal que recibió al observar un aumento en la cantidad de ministerios (pasaron de 17 a 21), en la cantidad de secretarías (de 65 a 80) y también en las subsecretarías (de 167 a 196).
Según el estudio, a nivel ministerial la gestión de Cambiemos dispuso la creación de 4 nuevos ministerios que previamente existían con rango de secretaría (Ambiente y Desarrollo Sustentable, Comunicaciones, Transporte) y subsecretaría (Modernización). Asimismo, el Ministerio de Energía y Minería está compuesto por dos secretarías del anteriormente Ministerio de Planificación Federal, mientras que las Secretarías de Vivienda y Obras Públicas fueron transferidas al actual Ministerio del Interior.
Siempre según el informe del IPPyP, el gobierno ha incrementado los cargos directivos también a nivel de secretarías y subsecretarías, imponiéndose en algunos casos una “amplia estructura organizacional”. En el caso del Ministerio de Modernización, dispone de 4 secretarías y 9 subsecretarías cuando en la administración anterior dichas funciones eran realizadas por 1 subsecretaría y 3 direcciones. Por su parte, el Ministerio de Seguridad posee un total de 6 secretarías y 17 subsecretarías, cuando en la administración anterior tenía 3 secretarías y 11 subsecretarías. Otras 2 áreas que vieron incrementar su estructura organizacional son el actual Ministerio de Transporte, que pasó de 5 subsecretarías a 11 y el actual Ministerio de la Producción que pasó de 5 subsecretarías a 14.
Lozano se refirió también el ingreso masivo de empresarios y CEOs provenientes del sector privado a puestos estratégicos del Estado, entre quienes mencionó al ministro de Energía, Juan José Aranguren; el de Transporte, Guillermo Dietrich y el secretario de Comercio, Miguel Braun. “No sólo se pone de manifiesto probables conflictos de intereses sino también una lógica de reparto de dependencias estatales entre los diferentes intereses empresariales y corporativos. Ello entraña el riesgo de que el Estado pierda coherencia estratégica en sus acciones, al quedar comandado, en sus distintas áreas, por lógicas sectoriales distintas e incluso contrapuestas”, advirtió.
