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Difícil situación en Aerolíneas Argentinas

Se demora el plan de saneamiento de la compañía de bandera. Cruda carta de la presidenta de AA a sus empleados.

04 mayo de 2016

En medio de versiones de recortes y conflictos con algunos gremios, la presidenta de Aerolíneas Argentinas y Austral envió una carta a su personal admitiendo que el Gobierno les redujo “en forma significativa” el nivel de subsidios para el presente año. En una misiva que intentó combinar el tono personal con el realismo surgido de una situación por demás difícil, Constantini apeló a que los casi 12.000 empleados ? agrupados en seis gremios? realicen un esfuerzo adicional para avanzar en el recorte de gastos. “Apelo a vuestra responsabilidad y espíritu crítico”, dice la nota.

Así, la “Carta de Isela” asegura que “necesitamos movernos con más rapidez”. No hay muchos datos sobre el perfil que tendrán los recortes pero sí se refiere a un nuevo sistema de gestión administrativa (SAP) para poder evaluar con mayor precisión el recorte de costos. Según fuentes del sector, Mario Quintana, nombrado a cargo de toda la operación de ajuste en las aerolíneas estatales, puso un límite de déficit de US$ 260 millones, bastante menos que los US$450 millones que contemplaba el primer plan de recortes presentado por Isela Constantini en el marco del programa de reestructuración de la compañía en abril pasado. En 2015 las pérdidas de la firma ascendieron a US$520 millones.

Déficit crónico

El problema de fondo es que Aerolíneas tiene problemas estructurales y no un desborde de gastos administrativos. Ninguna de las rutas internacionales que vuela AA tiene rentabilidad, lo mismo que varias de las rutas de cabotaje en las que tiene competencia con otras líneas aéreas. En términos generales, los destinos nacionales son rentables pero no resulta sencillo dejar aquellos que no pueden mostrar números positivos.

“El estado de la empresa es crítico”, asegura Franco Rinaldi, especialista del mercado aerocomercial. En su opinión, Aerolíneas Argentinas no va a poder ganar plata por un tiempo prolongado, y agrega que “tiene pocas opciones en la actual situación patrimonial de la empresa”. El tema es que la aerolínea de bandera debe atravesar por un proceso de reestructuración semejante al que pasaron casi todas las compañías aéreas del mundo y en ese sentido, el plan de salvataje de la empresa presentado oportunamente por Constantini, se basa en reducir costos y aumentar ingresos. Pero eso no pudo ser llevado a cabo.

Según la mirada de Rinaldi, se enfrentan dos modelos de saneamiento de la compañía. “Isela planteó un modelo de cogobierno con los gremios y de crecimiento e incremento de los ingresos”, mientras que “el Gobierno planteó un modelo vertical y de achicamiento”, destaca. Llegado este punto, parecería que transcurridos cuatro meses de la nueva gestión, no se ha podido avanzar en la formulación de un programa consistente de recorte de gastos. “Sigue faltando una idea clara de qué va a hacer la compañía”, dice Rinaldi.

Casi como una respuesta, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, destacó ayer que el Gobierno “no está para subsidiar los traslados en avión del segmento más rico de la población”, y aclaró que “hay un plan de reducción del déficit de Aerolíneas para hacer sustentable a la empresa”.

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