El Economista - 70 años
Versión digital

vie 29 Mar

BUE 21°C

Comienza a hablarse de las estrategias para noviembre

En julio se realizarán las convenciones.

05 mayo de 2016

Virtualmente definidas las primarias sólo queda la formalidad de que las respectivas convenciones partidarias proclamen a Hillary Clinton y a Donald Trump. Eso ocurrirá en julio, con una semana de diferencias, en Cleveland y Filadelfia. Pero desde ahora todos empezarán a moverse pensando en las elecciones generales de noviembre.

El camino que tienen por delante no es sencillo. El listado de temas a encarar va a requerir estrategias precisas.

Tienen problemas con determinados segmentos del electorado.

Hillary Clinton demostró tener dificultades para conquistar el voto de los jóvenes y los obreros. Con el 80% de las primarias realizadas aún no pudo sacar de carrera a Bernie Sanders que incluso le ganó la primaria del martes en Indiana. Su candidatura no genera entusiasmo más allá de su indiscutida preparación para el cargo.

El problema de Trump es con las mujeres que constituyen el 52% del electorado y con las minorías relevantes como los afroamericanos y los latinos que representan un cuarto de los votantes. Sin una mayor presencia electoral en esos sectores no puede ganar porque además tiene que remontar un amplio nivel de rechazo.

Será una campaña de fuerte confrontación personal porque son figuras muy conocidas y con perfiles muy diferentes. Por un lado una mujer que representa el núcleo duro del establishment político y que ha ocupado varios cargos públicos. Trump no tiene experiencia política.

Hay pendiente una tarea de recomponer la unidad partidaria. Parece una tarea relativamente sencilla para Hillary teniendo en cuenta que el grueso del aparato demócrata la apoya. Su trabajo será conquistar a quienes votaron a Sanders y la ven como una persona demasiado identificada con el poder político tradicional y el poder económico. Para Trump todo será más difícil porque el establishment partidario hizo todo lo posible para evitar su candidatura. Cree que no expresa los valores republicanos y que puede perder por una gran diferencia complicando las chances de los candidatos al Congreso. La tensión seguirá durante un tiempo.

Se empezará a pensar en los compañeros de fórmula. Los perfiles está cantados: Hillary deberá pensar en un hombre joven y Trump en una mujer o en algún candidato a vice que le pueda atraer los votos de alguna de las minorías.

También comenzarán a delinearse las estrategias regionales. Hay estados cuyo resultado se descuenta porque desde varios años gana en ellos el mismo partido. Por lo tanto la atención se concentrará en aquellos estados en los cuales los comportamientos electorales son más volátiles. Además, en aquellos en los que hay muchos votantes para los cuales tanto Hillary como Trump resultan atractivos. En esa línea el estado del cual más se va a hablar es Florida.

La actual composición demográfica de Estados Unidos favorece a los demócratas. Por eso obtuvieron la mayoría de los votos en cinco de las últimas elecciones presidenciales. Los republicanos, a su vez, son más fuertes en las elecciones legislativas de medio en las cuales votan menos personas. En principio, Hillary aparece con muchas más posibilidades para las elecciones de noviembre. Pero acaba de quedar claro que no se puede subestimar a Trump y que hay que tener prudencia a la hora de hacer pronósticos sobre su posible desempeño electoral.

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés