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"Vamos a seguir viendo un barril en torno a los US$ 30"

Entrevista a Fernando Meiter, director de TNS Latam

18 abril de 2016

(Por Facundo Matos Peychaux)

Tras el fracaso de las negociaciones en Doha para ponerle límite al crecimiento de la oferta de crudo de petróleo, el director de TNS Latam, Fernando Meiter, analiza sus consecuencias para el sector energético en Argentina, las bolsas y la economía internacional, además de su impacto sobre el precio del crudo a nivel internacional. “Vamos a seguir viendo los precios de petróleo caer incluso hasta US$ 30”, avizora.

¿Qué se puede esperar en términos de precios después de la reunión en Doha?

A nivel internacional, lo que se puede esperar es lo que se vio hasta ahora: un crudo que va a oscilar entre los US$ 35 y los US$ 45, como mucho, a la espera de la próxima reunión. No creo que veamos un comportamiento del crudo -y por lo tanto del gas natural- muy distinto al que vimos hasta ahora. Hay que tener en cuenta, no obstante, que con US$ 40 empiezan a poder funcionar los sweet spots de yacimientos no convencionales de Estados Unidos, lo cual va a aumentar la oferta. No veo un aumento considerable del precio del petróleo a futuro.

Si se puede llegar a ampliar la oferta por el lado de Estados Unidos, ¿podría volver a caer a menos de US$ 30, como a principios de año?

Definitivamente. La persona que realmente sepa lo que puede llegar a pasar con el precio del petróleo no existe. Hay un montón de factores, políticos y económicos. Pero definitivamente el que esté esperando precios más altos a los que estamos viendo, no está en la senda correcta. Creo que vamos a seguir viendo precios de petróleo caer incluso hasta US$ 30.

Más allá del fracaso de la reunión en Doha, hay un acuerdo entre Arabia Saudita, Qatar, Rusia y Venezuela para mantener congeladas sus producciones a niveles de enero, que logró levantar 30% el precio del crudo desde entonces. ¿No funcionará eso como un piso para el precio?

Por lo que uno habla con las operadoras, el barril podría llegar a un techo de US$ 40 o US$ 42 y bajar hasta los US$ 35.

En los últimos meses, las bolsas se han movido muchas veces en función de cómo era la evolución del barril. En ese sentido, ¿es esperable una caída en los mercados?

En un mundo normal, mañana (por hoy) muchas bolsas tendrían que abrir a la baja con un precio del petróleo cayendo, al menos al comienzo de la rueda. Ahora bien, haría una salvedad: creo que mañana la acción de Petrobras vaya a subir, dada la evolución del proceso de impeachment que impulsan contra Dilma Rousseff. En este contexto, los que van a hacer negocio son los que toman y venden posiciones de un día para el otro. Hoy, si hablás con expertos operadores que están en el mercado energético, todos te dicen lo mismo: 60% de su cartera la mantienen líquida y compran y venden en el momento; no mantienen posiciones.

Hay un debate en torno a los analistas respecto a si la caída del crudo obedece más a cuestiones geopolíticas y acciones deliberadas de determinados países, o más a factores económicos de oferta y demanda. ¿Qué está teniendo más preponderancia?

Es una mezcla de las dos cosas. El primer impulsor de una suba o una baja del petróleo siempre es la OPEP, aunque en los últimos diez años, también empezaron a tener más incidencia los países extra OPEP como Estados Unidos, que inyecta gas y petróleo y hace caer el precio. Pero por otro lado, Estados Unidos no tiene hoy ningún motivo en especial para que el precio del petróleo suba. Por un lado, porque está logrando su autoabastecimiento; en segundo lugar, porque si tiene que importar combustibles, con estos precios lo hace más barato; y finalmente, porque es una forma de neutralizar a ISIS, que la mitad de su financiamiento se la debe a la venta de petróleo. Entonces, el contexto geopolítico no da ningún apuro a subir los precios del petróleo, más allá de las cuestiones económicas.

¿Cómo impacta en Argentina?

Impacta de manera positiva y negativa al mismo tiempo. Es positivo porque hoy Argentina tiene un problema de caja muy importante y las importaciones -sobre todo de gas natural- se hacen más baratas. Lo negativo es que cualquier proyecto de producción de shale gas con estos precios, en las condiciones que tenemos y con los costos internos que tenemos, por más que se haya establecido un precio promedio de US$ 5 en las cuenca neuquina y de Santa Cruz, anula cualquier incentivo a la producción.

¿Que la diferencia entre el precio internacional y el 'barril criollo' sea más alta genera un efecto negativo extra, a su vez?

Totalmente. Además, genera una distorsión en el mercado que la vemos cada vez que cargamos combustible.

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