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Un baño de humildad

La buena noticia es que, considerando que el PIB nominal estaría subiendo por encima del 25%, eso permite que el desequilibrio fiscal se reduzca en términos del PIB.

25 abril de 2016

Tras la mejora registrada en los primeros dos meses del año, en el que gracias al freno del gasto se había producido una importante mejora del resultado primario, los datos de marzo sugieren que será muy difícil corregir rápidamente el enorme desequilibrio que arrastran las cuentas públicas.

Concretamente, de la mano de las subas en jubilaciones, subsidios sociales y reactivación de transferencias a las provincias, en marzo pasado el gasto primario registró un incremento del 39% muy por encima al alza del 23% que tuvo en los dos meses previos. Esta dinámica dejó en un segundo plano la recuperación que tuvieron los ingresos, que mostraron un incremento del 39%, más de 10 puntos porcentuales por encima del aumento que tuvieron entre enero y febrero. Así las cosas, marzo terminó con un déficit primario de $32.000 M, 37% superior al de un año atrás. Con el resultado de marzo, en los primeros tres meses del año, con los ingresos subiendo al 31%, 3 puntos porcentuales por encima del gasto, el déficit fiscal fue de casi $51.000 M, $5.000 M superior al del mismo período del año pasado.

La buena noticia es que, considerando que el PIB nominal estaría subiendo por encima del 25% (debido a la aceleración de la inflación), eso permite que el desequilibrio fiscal se reduzca en términos del PIB, indicador clave para el análisis fiscal. De cara a lo que viene, será importante que el Gobierno mantenga acotada la “brecha” entre la dinámica de los ingresos y el gasto. Considerando la aceleración de la inflación y la quita de subsidios a las tarifas de los servicios públicos anunciadas recientemente, se puede esperar que el crecimiento de los ingresos supere al del gasto pero, aun así, difícilmente el déficit global de todo el año pueda ser menor a $400.000 M.

Así las cosas, la reciente salida del default permitirá darle aire al financiamiento del Tesoro. Pese al alivio de contar con el visto bueno del mercado, será de suma importancia que el Gobierno siga haciendo el esfuerzo para reducir el déficit (recordemos que el déficit primario de Argentina es, por lejos, el más alto de la región) de manera de seguir mejorando su calificación crediticia y, por ende, pueda conseguir financiamiento más barato.

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