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Autos: con poca venta, hay riesgo de despidos

La recuperación de la demanda brasileña es clave para que la producción local crezca

06 febrero de 2016

A mediados de enero anticipamos que la plaza automotriz argentina había arrancado el 2016 con pista barrosa. Y lamentablemente, la mala noticia fue confirmada esta semana por fábricas y concesionarios, con un agravante: la largada anual fue mucho peor de lo que se suponía.

La Asociación de Concesionarios (ACARA) reportó que en enero se patentaron (venta efectiva) 56.511 unidades, 15% menos que las registradas hace doce meses, convirtiendo al primer mes de 2016 en el peor enero desde 2005. O sea, Cristina Kirchner nunca tuvo un enero peor que este primer enero con Mauricio Macri como Presidente. El bajísimo nivel de ventas no llegó a amedrentar a fabricantes e importadores, tanto que el reparto de unidades a concesionarias no fue tan malo.

Según la Asociación de Fabricantes (ADEFA) la red recibió en enero 49.935 unidades, 6,8% más que los repartidos en enero de 2015. Ese reparto a los concesionarios, que habla de los vehículos que se esperan vender en las próximas diez semanas, favoreció más a los autos locales que a los llegados desde afuera. En enero se distribuyeron 32.188 importados, 4,7% más que hace un año, y 17.747 nacionales, 10,7% más que en enero de 2015.

Pero detrás de este reparto algo más optimista, ADEFA entregó dos datos decepcionantes, que pueden derrumbar la expectativa del más pintado. En enero la producción de autos fue de 17.785 vehículos, lo cual significa una caída del 30,6% contra enero del año pasado. Hay que ir hasta 2007 para tener un enero peor.

El frente externo

Y, lejos, la peor parte de toda la radiografía la tuvo la exportación. En enero se mandaron al mundo apenas 3.888 unidades, 49% menos que las enviadas al exterior en enero del año pasado. Esta virtual desaparición de las exportaciones tiene que ver esencialmente con el agujero que significa Brasil en estos días.

Hasta hace unos años, cuando el Mercosur parecía empezar a tener alguna consistencia, Brasil se llevaba el 90% de los autos que exportaba Argentina. Había demanda, había trabajo, había empleo. Hoy, sobre el 100% de la exportación, Brasil se lleva el 72%, Paraguay el 10%, Uruguay el 5%, Africa y Oceanía el 3% cada uno, Chile 1,8% y México apenas 1,6%. ¿Por qué ha caído tanto la fabricación y la exportación de autos de Argentina? El motivo principal, por supuesto, se relaciona con el derrumbe de ventas en Brasil y en el mercado local. Pero esa caída casi vertical está muy identificada con la dirección que tomaron los precios, que acumularon una inédita inflación en dólares durante los últimos años.

Con la ida de Cristina, la llegada de Mauricio, el final del cepo cambiario y la devaluación, el sector estaba convencido de que el valor promedio caería de manera contundente y que esa mejora de productividad, vía toque al tipo de cambio, volvería a generar un aumento de exportaciones.

Pero la suba del dólar fue moderada. Todos los precios del sector estaban jugados a un dólar de 16 pesos, por lo que el fin del cepo y la devaluación, dejó al nuevo precio promedio en unos 69.000 dólares, 10% menos que lo que se cobraba en los últimos meses de 2015, pero ?pese a la rebaja? los autos argentinos siguen siendo carísimos en dólares.

Para entender el foco de este meollo deben seguirse dos líneas de comercio bien definidas. El turismo sigue generando un enorme déficit cambiario para el país, tanto que Brasil y Uruguay están repletos de argentinos, y Buenos Aires casi no tiene visitas de uruguayos y brasileños. Y, en el mismo sentido, debe remarcarse que en enero se importaron 32.188 autos y se exportaron apenas 3.888 unidades, lo cual da un déficit de 28.300 vehículos en un solo mes.

Evidentemente, a pesar de la devaluación, seguimos teniendo un enorme problema de costos. Y si no se resuelve con un segundo ajuste del tipo de cambio, en abril o mayo, como pronosticaron varios expertos, la salida de dólares seguirá agravando el panorama de los próximos meses. Por otra parte, debe advertirse que el impuesto a los autos caros, que fue eliminado de un plumazo por el ministro Alfonso Prat-Gay “porque recaudaba muy poco” significó una contundente quita a la protección del empleo local en el sector.

Después de muchos años de tarea titánica, el mercado argentino había logrado una venta un poco más equilibrada de autos nacionales e importados. En 2005, sobre las ventas totales,el 65% era de importados y 35% nacionales. En 2015 la relación fue 52% importados y 48% nacionales, muy pareja. Y en enero de este año hubo otra vez 65% importados y apenas 35% nacionales.

La penetración de importados genera un problema por dos vías. Una muy importante, que es la fuga de dólares, algo que el país no está en condiciones de soportar. Y la más importante es la escasez de horas de trabajo, poniendo en capilla a un sinnúmero de operarios que están con mucha inquietud en las fábricas radicadas en el país.

Debido a que en septiembre del año pasado, antes de las elecciones, varias compañías habían adelantado que se venía un período con suspensiones de personas y con retiros voluntarios, este inicio de 2016 tan decepcionante vuelve a poner el tema del empleo otra vez en primera fila.

Intentando conocer la situación de las empresas, nos pusimos en comunicación con las once compañías radicadas en el país, consultándolas sobre planes de suspensión, recorte de horas extra y apertura de retiros voluntarios, para disminuir personal. De las once consultas, sólo dos compañías respondieron que no tienen ningún tipo de planes al respecto (Renault y Toyota), General Motors confirmó que seguirá con su política de reducción de personal, no solo en Argentina sino en toda América Latina. Y las restantes ocho empresas se mantuvieron en silencio absoluto, lo cual indica que las noticias por venir no prometen ser las mejores.

Los informes de fábricas y concesionarios entregaron otros datos muy interesantes para avizorar qué puede pasar a partir de ahora. Si bien es absolutamente pronto para dar un pronóstico, analistas empiezan a imaginar un número anual de 580.000 unidades vendidas. Si se llega a cumplir esa cifra, el 2016 sería el peor año desde 2009, a años luz de los 956.884 vehículos vendidos en 2013, el mejor año de toda la historia.

Lo llamativo del caso es que los cuatro modelos más vendidos de enero fueron nacionales. Primero se ubicó el Fiat Palio (3.281 unidades), segundo el Chevrolet Classic (2.934), la Toyota Hilux (2.485) y el Fiat Siena (2.326). En los últimos años siempre había estado en el tope de las ventas el brasileño Volkswagen Gol, pero esta vez no figuró.

Probablemente esta desaparición del auto brasileño se debe a la idea de Brasil de liberar por completo el comercio bilateral con Argentina. De hecho, el Gobierno de Dilma espera recibir en unos días al secretario de Comercio Miguel Braun para actualizar el régimen que regula en comercio automotor del Mercosur. Brasil está sumergido en una crisis muy grave y la cuerda estará muy tensa.

En base a todos estos movimientos, se produjo en enero un fuerte cimbronazo en cuanto al reparto que logra cada compañía en la cuota de mercado. Arriba de todo se ubicó Chevrolet con el 15,8% de las ventas, seguida por Volkswagen (15,5%), Ford (14,6%), Fiat (13,4%), Toyota (13,2%), Peugeot (10,9%) y Renault (7%). Sorprendió la particular caída de la marca francesa, adjudicado en parte a un error en la política de precios de sus unidades.

Al analizar la política de precios que tienen los autos en Argentina, el nuevo titular de General Motors, Carlos Zarlenga (reemplazó a Isela Costantini, que pasó a Aerolíneas), manifestó “La industria argentina es una industria saludable. No tiene márgenes comprometidos. Hay países con márgenes negativos. Nosotros tenemos rentabilidad en los autos que vendemos, aunque debemos tener algunos productos en los que estamos saliendo hechos. Hoy no hay margen para trasladar la suba de costos al precio de los 0 km”.

Las ventas por jurisdicción

No hubo en enero gran variación en las ventas por jurisdicción. La provincia de Buenos Aires se llevó el 31,8% de los patentamientos totales, segunda fue la ciudad de Buenos Aires con el 13,8%, por lo que entre Capital y provincia se vende el 45,6% de los 0km que se colocan en el país. Luego, Córdoba tiene el 9,4%, Santa Fe el 8,3% y, bastante más abajo están Mendoza 3,4%, Tucumán 3,1% y Entre Ríos 3%.

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