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Cómo es el SIMI, el sistema que reemplazó a las DJAI

Las cámaras sectoriales coinciden en que hubo un cambio favorable, aunque señalan algunas observaciones

28 enero de 2016

(Columna de Facundo Matos Peychaux)

El nuevo Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) que reemplaza a las criticadas DJAI va camino a cumplir un mes desde su implementación a través de las resoluciones 3823/2015 de la AFIP y 5/2015 del Ministerio de Producción (y su modificatoria, la 2/2016 de la Secretaría de Comercio). Consultados por referentes del sector dieron cuenta de cómo está funcionando el sistema y coincidieron en destacar los puntos positivos del cambio y también algunos grises aún irresueltos.

¿En qué consiste?

La primera etapa del nuevo procedimiento para importar productos e insumos es idéntica a la que contemplaban las DJAI. El formato de presentación del pedido de importación, los datos a declarar, los estados que atraviesa  la solicitud (oficializada; salida -o aprobada-; anulada? observada -o rechazada- y cancelada), los organismos intervinientes, las destinaciones aplicables y los sujetos alcanzados son esencialmente los mismos a los del viejo sistema. En buena medida, según Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior del Siglo XXI, esto responde a la necesidad de agilizar los tiempos que había en el Gobierno respecto de este tema, pero luego podrá cambiar si se llegara a encontrar la necesidad de sumar nuevos requisitos o sacar algunos. Por otra parte, no era en este punto en particular donde suscitaba críticas el sistema ideado por el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno.

Las diferencias empiezan más claramente a partir del segundo paso. Las DJAI regían para todos los productos y en la práctica podía llegar a demorar tanto su aprobación hasta que terminaban venciéndose, lo que en la práctica funcionaba como un desincentivo para la importación en un momento en el que el Gobierno Nacional buscaba limitar las importaciones para evitar la salida de dólares, en un contexto de escasez de divisas. En cambio, el SIMI rige únicamente para 1390 posiciones arancelarias, menos del 10% de todas las posiciones, según Ponce.

“El sistema de comercio exterior sigue estando administrado pero esa administración es diferente. Con las DJAI, antes de hacer cualquier compra del exterior, el operador debía solicitar una DJAI y de acuerdo al análisis, se le autorizaba o no. En el nuevo sistema, lo que hay es un monitoreo y se vuelve a un régimen de Licencias Automáticas (LA) y No Automáticas (LNA)”, compara Víctor Dosoretz, presidente de la Comisión de Exportaciones e Importaciones de la Cámara Argentina de Comercio (CAC). Bajo esta distribución, similar a la que había en 2011 antes del cepo cambiario y las restricciones a las importaciones, las LNA son para aquellos productos más sensibles para la industria nacional.

Para las LA se contempla un plazo máximo para su evaluación de 72 horas, previendo para casos extraordinarios un límite de 10 días. En lo que va del nuevo sistema, tanto según Ponce como Dosoretz y Rubén García, secretario de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), no hubo quejas respecto al funcionamiento de estas licencias, que están saliendo en muchos casos en menos de 48 horas incluso. Sin embargo, advierte Ponce, “están saliendo rápido porque todavía no están interviniendo el INTI, el IRAM, la OAA ni otros organismos estatales porque no se instrumentó su participación todavía para acelerar los tiempos y garantizar la salida de shock que buscó el Gobierno”. “A medida que se instrumenten sus participaciones, van a ir apareciendo nuevas intervenciones y lógicamente los tiempos se van a ir acercando a los que la OMC establece como límites, que son 10 días para las LA y hasta 60 días para las LNA”, prevé.

Una vez aprobada la Licencia Automática, el plazo para concretar la operación es de 180 días, sin posibilidad de prorrogarla. En tanto, para las LNA, el plazo límite para su aprobación es de 60 días, luego de lo cual, las licencias tienen una vigencia de 90 días, también sin prórroga posible. Como aún no han pasado 60 días desde la sanción de la nueva normativa, todavía no se sabe cómo están funcionando las LNA.

A diferencia del régimen anterior, además, las importaciones se pueden pagar por adelantado sin tener una SIMI previamente aprobada, lo que agiliza los tiempos.

Los reclamos

Un punto central que las observaciones de las cámaras sectoriales le están haciendo a las autoridades es respecto a la imposibilidad de prorrogar las licencias. "Los plazos son en algunos casos de difícil cumplimiento y no está instaurada una forma de prorrogarla”, advierte Ponce. En la misma línea, Dorosetz recuerda que por el mismo motivo, a las DJAI se habían sumado las RJAI (Rectificación Jurada Anticipada de Importación).

Por otro lado, “las licencias son un poco rígidas dado cómo se mueve el mundo hoy en materia de precios”, según Rubén García. “No es flexible ni en precios ni en cantidades. Si vos ponés que vas a importar 10 productos por US$100 y te varían un poco las cantidades o los precios después, te pueden rechazar el encargo”, explica.

Asimismo, si en un mismo container son trasladados productos con LA y otros con LNA, no se pueden recibir los primeros hasta tanto no se aprueben las licencias de los segundos, que demoran más. "Nosotros estamos recomendando hasta ahora que llenen formularios por separado pero eso aumenta los costos y te hace perder tiempo; la lógica diría que puedas traerlos en el mismo despacho”, cuenta Ponce. Este problema es especialmente perjudicial para aquellos cuyas importaciones son repuestos o insumos básicos para su producción, y según Ponce, el 80% de nuestras importaciones las ejecutan precisamente empresas exportadoras.

Otro reclamo, especialmente sensible a los importadores de insumos, es que se haga correctamente la diferenciación de las posiciones arancelarias que requieren de LA o LNA, que a veces se confunden en las llamadas posiciones bolsa. “Ese es un problema nuevo porque antes tanto una como otra estaban frenadas ?advierte Ponce-. Ahora con tanta diferencia de celeridad entre una y otra, que se confundan te puede traer muchos problemas”.

Finalmente, una de las observaciones en que todos coinciden es que el courier comercial ?el valor debajo del cual los productos están exceptuados de pedir licencias, que hoy es de US$ 100- se eleve a $ 1.000.

No obstante, lo que todos los referentes consultados por El Economista coinciden en señalar es que respecto al gobierno anterior hubo un cambio en la predisposición de las autoridades a escuchar sus reclamos y buscar soluciones, lo que se ve plasmado en las reuniones que las cámaras sectoriales están teniendo con el secretario de Comercio Miguel Braun y su equipo, quien tiene a su cargo por el momento el ámbito del comercio exterior, al menos hasta que se cree oficialmente la Agencia de Promoción de Inversiones y Comercio Internacional que estará a cargo de Marcelo Elizondo.

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