Politizado como pocas veces antes, el 51° Coloquio de IDEA se puso a tono con el tiempo electoral y recibió a cuatro candidatos presidenciales. Ninguno fue allí a buscar votos sino a transmitir con su presencia la importancia que le otorgan a la actividad económica privada. Cada uno fue con un estilo distinto y un mensaje en línea con su estrategia de campaña. Daniel Scioli, conciente de que es el candidato de un Gobierno cuestionado por la inmensa mayoría de los empresarios presentes, se presentó como el garante de que habrá cambios. El mensaje implícito fue: sé que no confían en el oficialismo pero pueden confiar en mí. Sólo le faltó decir que el siempre fue a inaugurar el Coloquio aún en los más momentos de mayor tensión entre el Gobierno y los empresarios y cuando ningún funcionario asistía.
Sergio Massa, a su vez, volvió a jugar una de sus cartas fuertes -particularmente en ese ámbito- que es mostrar a su equipo económico. Los empresarios coinciden en que es el más solvente y con trayectoria probada en la gestión pública.
Al cierre habló Mauricio Macri y no quedaron dudas de que es el candidato de la casa. El grueso de los asistentes piensa votarlo y aplaudió varias de sus definiciones (lo que no ocurrió, por ejemplo, con Daniel Scioli, quien recibió aplausos sólo al final de su presentación). Macri habló poco de economía y deslizó ?con bastante voluntarismo- que "la macro" se va a arreglar como ya lo está en la mayoría de los países del mundo. Y aprovechó el clima del Coloquio, en el que se observó mucha preocupación por los temas institucionales y de seguridad jurídica, para dar algunas definiciones al respecto. La más aplaudida fue cuando sostuvo que los nombres que propondrá para cubrir los cargos vacantes en la Corte. Deberán tener, dijo, tres características: ser especialistas en derecho constitucional, no ser amigos del Presidente de la Nación y no tener militancia partidaria.
