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Los inversores buscan refugio en bonos

La devaluación del yuan afecta a todos, pero los emergentes son los que más sufren

01 septiembre de 2015

(Columna de Luis Varela)

Con una coyuntura internacional muy inestable, el mundo de las finanzas está viviendo una clásica situación de frazada en la que alguien tira desde una punta y arrastra a todo el conjunto a una baja generalizada.

Se sabe, la devaluación del yuan está complicando el valor de las commodities. China devalúa y al tener menor poder de compra, el petróleo, los metales y los granos terminan perdiendo precio de manera ostensible.

No solo los productos básicos pierden cotización: las empresas en general venden menos, pierden valor, y sus precios bursátiles se deterioran. Por esto estamos viendo desde marzo a esta parte duras caídas en las Bolsas de todas partes.

Obviamente, los países o regiones más vinculados con China son los que se ven más perjudicados. América Latina, esencialmente Brasil, podrán ver caída la demanda de sus productos en los próximos meses. Estados Unidos, que venía avanzando de manera muy sólida, siente el freno. Y Europa, dentro del espectro, se ve un poco menos afectada.

Con commodities en baja, Bolsas débiles y dólar frenado el escenario que se va abriendo para los inversores vuelve a presentar como mejor opción la compra de bonos. Hay un cúmulo de títulos, públicos y privados, dando vueltas por el mundo, con vencimientos de acá a diez o más años vista, con tasas de interés a término que permitirán defender el valor del capital y ganar algún puntito extra, no demasiados.

La renta prometida por estos papeles, con vencimientos en 2025 o incluso más tarde, van del 4 al 10% anual en dólares. Claro que hay infinidad de valores con rentas del 2 al 3% anual, intereses si se quiere mínimos, pero que igualmente son muy bien recibidos en un mundo con pérdidas de valor por todas partes.

Alternativas en la región

Casi no hace falta decirlo: para encontrar los bonos con tasas de interés a vencimiento más altos no hay que ir muy lejos. Dentro de toda la variedad de posibilidades, Argentina está con las promesas más seductoras: no paga el 20% anual que tiene que pagar Nicolás Maduro en Venezuela, pero 9 o 10% se consigue en casi todos los papeles emitidos por Buenos Aires.

El inversor que busque buena renta y acepte prestarle su capital al Gobierno argentino, con la expectativa de obtener una renta en dólares del 10% anual debe saber que le está prestando plata a un país con muchas deudas, y con un juez internacional que trabaja en un mecanismo de relojería para que sea cada vez más difícil cobrar.

De hecho hay varios títulos argentinos que ya están en default por el juez Griesa. El Bono Global 2017 (en la jerga bursátil GJ17) tiene dos cupones trabados por el fallo del juez norteamericano. Los inversores que mantienen este papel en su poder (y otros ocho bonos que sufren la misma condición) esperan que Daniel Scioli o Mauricio Macri destraben el tema, y así poder cobrar los pagos pendientes.

El Gobierno promovió que los bonos trabados por Griesa se pueden cobrar sin problemas por medio de la empresa Nación Fideicomisos, subsidiaria del Banco Nación, pero por problemas legales por ese camino todavía no se ha cobrado ningún bono.

Por el momento hay otros bonos domésticos, emitidos bajo legislación argentina, como el Bonar 24, que por ahora no cayó en los fallos de Griesa. El Bonar 24, por ejemplo, estuvo muy flojo en las últimas semanas, cotiza a 93,25 dólares en Nueva York, lo que significa un rendimiento del 11,2%

El juez norteamericano advirtió a los bancos intervinientes que los multará si liberan el pago de cupones de este papel (el pró- ximo corte debe ser pagado el 7 de noviembre) lo cual pone al papel en una nebulosa.

Además, ¿qué pasará con las cotizaciones de los títulos argentinos si Scioli o Macri no logran destrabar el tema buitres?

Por si fuera poco, queda otra gran incógnita ¿Qué pasará con los títulos argentinos si el próximo Presidente no logra levantar el cepo cambiario, debido al bajo nivel de reservas reales que tiene en este momento el Banco Central?

Esos dos grandes temas son los que desactivan buena parte de la demanda de los títulos argentinos. Y, además, por si fuera poco, la última reforma del Código Civil plantea que todas las deudas futuras en moneda extranjera que deba pagar el Gobierno podrán ser cubiertas, en caso de necesidad, por su equivalente en pesos, al tipo de cambio del momento del vencimiento de cada papel.

Por estos motivos bajó últimamente la demanda de bonos argentinos y, en consecuencia, para impulsar a los compradores, la Bolsa de Buenos Aires acaba de autorizar una compra mínima, desde 100.000 pesos para adquirir títulos como los bonos Bonar X, Boden 2015, Bonar 2024, Bonad 2018 y Bonad 16, que usualmente se encuentran entre los más demandados.

Pero si todas estas trabas frenan el ánimo de los inversores, los interesados en comprar bonos tienen como opción alternativa un cúmulo de otros emisores que están pagando tasas también muy atractivas. Obviamente, cuando las tasas superan la barrera del 4% anual en dólares es por alguna razón: todo lo que promete pagar más de ese interés tiene algún riesgo bajo el poncho, y cada interesado deberá hacerse cargo del baile en el que se mete.

Los riesgos que existen

No hay que olvidar que casos con problemas hay a la orden del día. Sin ir más lejos, fondos estadounidenses y los grandes inversores de Puerto Rico (OppenheimerFunds y Franklin Advisors) están exigiendo a la corporación financiera pública de ese país caribeño que ponga a disposición los fondos para el pago de un bono que venció el 1 de agosto, advirtiendo que el incumplimiento viola la ley portorriqueña.

Y los casos con luces amarillas siguen. Hace un par de temporadas JPMorgan decidió permitir que Nigeria ingresara a sus influyentes índices de bonos del mundo en desarrollo, lo que provocó que una oleada de dinero de inversores entrara en el mercado de deuda de lo que era entonces la estrella económica de Africa. Pero los temores en torno a la corrupción de Boko Haram y el derrumbe del petróleo forzó una serie de devaluaciones: los bonos nigerianos se están pagando, pero los que invirtieron 100 dólares en este momento tienen 89 dólares contado.

La semana pasada Perú colocó un bono a doce años con un rendimiento del 4,15% anual (casi el doble del 2,2% que están pagando los bonos de EE.UU. a diez años). Y hay preparadas cuatro o cinco emisiones de países latinoamericanos, que se verán con ahogos financieros en 2016 debido al bajo precio que tienen actualmente las materias primas. Pero el listado de bonos posibles es extenso.

A nivel estatal, por ejemplo, el país que está desmejorando rápidamente, pero que por ahora mantiene buenos números es Chile, que tiene bonos con vencimiento a 2042 con una promesa de pago del 4,2% anual.

Detrás de Chile, Perú, con vencimientos entre 2033 y 2050, paga 4,7 a 4,8%. Uruguay con bonos que vencen entre 2025 a 2050 paga 4,1 a 5,4%. México de 2031 a 2040 paga 4,1 a 5%. Colombia 2024 a 2041 paga 4,4 a 5,9%. Y Brasil con emisiones de 2021 a 2041 paga de 4,4 a 6,5%.

Debajo de los bonos estatales hay una ristra de bonos privados. Y allí se dividen los considerados por las calificadoras de alta calidad, y los de mercados emergentes.

Dentro del conunto de empresas emergentes, las compañías chilenas, con vencimientos entre 2020 y 2024, prometen pagar tasas que ven del 4 al 5,7%. La que paga menos es Telefónica de Chile y la que paga más es Sociedad Quimica y Minera de Chile, en el medio quedan AES Gener, Cencosud, Falabella, Celulosa Arauco y Constitucion y Empresa Nacional de Telecomunicaciones.

Entre las empresas de Perú, que emiten bonos con vencimientos entre 2022 y 2024, pagan entre 4 y 4,6%, todas bastante parecidas: en este grupo están Cía. Minera Milpo, Corp Financiera de Desarrollo, Gas Natural de Lima y Callao, Minsur y Consorcio Transmantaro.

Otro país que está en un nivel parecido es México, que con vencimientos de entre 2022 y 2024, tiene empresas que pagan entre 4 y 4,6%: en este rango están Petroleos Mexicanos, Mexichem, Banco Santander Mexico, Southern Copper Corp, Alpek SAB, Petroleos Mexicanos y Alfa SAB.

Y en un nivel que está empeorando rápidamente, aunque por ahora está bastante lejos de lo que ocurre en Argentina y ni que hablar en Venezuela, están las compañías de Brasil, que con vencimientos de entre 2018 y 2024, tiene empresas que pagan entre 4,1 y 9,7% anual. La que paga menos en este rango es Vale Overseas y la que paga mas es Odrebrecht Finance, pasando por firmas como Banco Nacional de Desenvolvimento, Caixa Economica Federal, Petrobras Global Finance, Banco do Nordeste do Brasil, Banco Bradesco, Banco BTG Pactual, Gerdau Holdings, Banco do Brasil, Braskem Finance, BM&FBovespa, Cia Brasileira de Aluminio, Globo Comunicacao e Participacoes,BRF, Embraer, Samarco Mineracao, Gerdau Trade, Itau Unibanco Holding, Samarco Mineracao y GTL Trade Finance.

Como puede verse, opciones con tasa fija pero con riesgos aparecen en el menú del inversor ambicioso. Los bonos pueden ser comprados. Tienen peligro de perder valor a corto plazo. Y también es muy posible que alguno de estos papeles le provoque algún sabor amargo a los apostadores por aparecer retrasos en los pagos o noticias a lo mejor peores. La posibilidad de ganancia está, sólo hay que animarse.

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