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"El problema fiscal merece un análisis más integral"

Entrevistas a Jorge Puig (Cedlas) y Ariel Melamud (ASAP)

21 julio de 2015

El Presidente que asuma en diciembre recibirá una cuenta de subsidios económicos de más de $ 230.000 M, una cifra que representa cerca del 4% del PIB y que viene presionando sobre el déficit fiscal en expansión. Sobre esos números están abocados al análisis los asesores de los principales precandidatos a presidir el país. Pero además del problema que supone en las cuentas públicas, como señala Jorge Puig, si la política de subsidios actual se justifica por la redistribución que genera, aún quedan muchos avances por hacer. Como agrega Ariel Melamud, no es necesario solo un ajuste de los números fiscales sino también, un análisis más integral.

Jorge Puig (Investigador de Cedlas)

¿Cómo está repartida la masa de subsidios en Argentina?

Hay una fuerte concentración: el sector energético se llevó en 2014 el 73-75% de los recursos, otro 24-25% fue a parar a transportes y lo poco que queda fue al agua. Pero la particularidad que encontramos es que son prorricos, es decir, que se concentran en términos absolutos en la porción de la población más pudiente, y, al mismo tiempo, progresivos porque en términos relativos, quienes tienen menores ingresos, reciben más.

¿Cómo se distribuyen esos recursos?

Dentro de energía, hay que dividir en gas y electricidad. Los subsidios a la electricidad se distribuyen de manera bastante proporcional, con el 20% más pobre de la población recibiendo el 18% de los subsidios mientras que el 20% más rico se apropia del 21%. En las cuentas de gas, la mayor parte es gas por red, donde se ve una distorsión grande, ya que el 45% se lo lleva el 20% más rico de la población, mientras que el gas envasado está relativamente bien focalizado: el 40% se lo lleva el 20% más pobre. Y en transporte, el colectivo es donde se da una distribución más proporcional, con el 20% más pobre que recibe el 20% de los subsidios y el 20% más rico, el 15%; el tren, donde hay algunas filtraciones hacia los más ricos, dado que el 11% va a los más pobres y el 29% a los más pudientes, y el transporte aéreo, que es extremadamente prorrico e imposible de justificar desde el punto de vista de la distribución del ingreso  porque casi el 60% se lo apropia el 20% más rico de la población. En agua, donde el subsidio es menor (incluso que los aviones), el 40% se lo lleva el 20% más rico.

¿Es decir que hay mucho espacio para mejorar en algunos sectores?

Si hay un problema de cuentas públicas y estas políticas están justificadas porque persiguen como objetivo la distribución del ingreso, entonces sí, hay espacio para mejorar desde ese punto de vista. Falta una mejor focalización. En términos absolutos se lo están llevando los más pudientes, es decir que hay espacio para focalizar mejor estas políticas. Por otro lado, la distorsión relativa de precios en las tarifas de las provincias del interior y el área metropolitana es un tema a corregir.

***

Ariel Melamud (Economista de ASAP)

En un informe reciente marcaba los avances que hubo en materia de reordenamiento de subsidios en el sector de transporte en los últimos años, lo que podría ser tomado como ejemplo en un futuro. ¿Cómo fue ese proceso?

Desde 2012 a la fecha se estuvo avanzando bastante en materia de transparencia, reducción y reordenamiento de subsidios. Lo que hay que hacer es ir focalizando la distribución hacia la población con menores ingresos y subsidiar la demanda, no la oferta. En el caso del transporte, se está haciendo cuando los que están en programas de Anses como la AUH y Progresar o son jubilados, pagan una tarifa más baja. Pero todavía queda mucho, por ejemplo en el sistema ferroviario, donde el componente del subsidio es mucho más alto.

En materia de transportes, una crítica usual al subsidio es que se da solo en el área metropolitana.

Sí, una de las tareas pendientes por revisar es que el Estado logre que las tarifas en el AMBA puedan irse acomodando a un nivel que requieran menos ayuda estatal. El 80% de la tarifa que hoy en la zona metropolitana es subsidios; el usuario del transporte público solo paga el 20%. Es cierto que el transporte automotor está concentrado en el AMBA, donde la densidad poblacional es mucho mayor, pero es inequitativo que poblaciones de bajos recursos de muchas provincias del interior argentino paguen dos o tres veces más. La cuestión de la equidad geográfica es un tema a mejorar y lo mismo pasa en el sector energético, donde cuando lo que se paga acá es más bajo que en el norte o en provincias donde no tienen gas y tienen que usar garrafas, que son más caras que el gas por red. Tenemos un problema fiscal que atender pero una reducción simplemente no es la solución, habría que hacer un análisis más integral.

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