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La economía sigue fría

El ciclo recesivo no se revierte

25 febrero de 2015

“Las últimas estadísticas de diciembre y los primeros indicadores de enero confirman que la actividad continúa en baja, pero es prematuro afirmar si esto representa una nueva profundización de la caída”, afirman desde ACM y proyectan que el PIB caerá 3,7% en 2015, uno de los pronósticos más pesimistas del mercado. “El mero arrastre estadístico del último cuarto de 2014 arroja una retracción interanual levemente superior a 1,7% para este año”, añaden. “Consideramos que el esquema (insostenible) de implementación de los objetivos de política económica que mantiene el Gobierno, la volatilidad del contexto internacional (e.g. la caída de los precios de las commodities, la actual coyuntura con Brasil) y la mayor incertidumbre política desatada con el caso Nisman y la contienda electoral limitarían cualquier posible recuperación a lo largo de 2015”, observan desde ACM. Según Jorge Todesca, de Finsoport, la economía caerá 3% en el año.

En un sentido similar, la Fundación Mediterránea sostiene que “el 2015 arrancó sin signos de reversión en el deterioro del nivel de actividad” y cita cuatro indicadores claves. A saber: la recaudación de IVA real se contrajo 5,6% en enero; las exportaciones a Brasil, 20,2%; la producción de autos, 29,1% y el patentamiento de 0km, 38,7%. Dos datos más: la producción industrial cayó 1,5% en enero según Ferreres y la demanada eléctrica, se desplomó 2,7%.

“Lo que se observa en el arranque de 2015 es la continuidad de una política económica que apunta más bien a aguantar hasta diciembre, camino que no está exento de riesgos. Con reservas netas del Banco Central del orden de los US$ 17.000 millones y compromisos financieros en el año (públicos y privados) que se acercan a los US$ 18.000 millones, el racionamiento de divisas para los importadores no tiene posibilidades de ser aliviado, ya que los dólares ingresan con cuentagotas tanto por la vía comercial como la financiera (los US$ 1.000 millones logrados por YPF y la ciudad de Buenos Aires cubren el 5,5 % de aquellas necesidades). Con este escenario, el deterioro del nivel de actividad tardará en revertirse, como ya lo advirtió el sector automotriz en enero”, sostiene Jorge Vasconcelos, investigador de la Fundación Mediterránea.

Desde el Estudio Bein esperan, en cambio, un crecimiento de 1,5% pero sólo si el país logra acceder a financiamiento externo.

“La capacidad para impulsar la economía en el año electoral y la eficacia de la semiancla cambiaria para estabilizar la inflación un escalón más abajo dependen crucialmente del abastecimiento industrial de miles de insumos importados (materias primas, partes y piezas, bienes de capital y combustibles)”, explican. Los ingresos reales pueden subir este año pero, para que la estrategia expansiva no se autodestruya, “las trabas a las importaciones deberían verse liberadas de manera de permitir que la oferta responda al aumento inducido en la demanda”. Por ahora, el BCRA ha cuidado por demás las reservas. Se verá si, con el correr del año electoral, está dispuesto a sacrificar algunas (o consigue dólares frescos) y le da algo de oxígeno al aparato productivo.

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