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Ordenando la transición

El camino al 2015

08 abril de 2014

(Columna del economista Rodrigo Alvarez Litre, socio y director de Analaytica Consultora / Twitter: @RodrigoAlvarezL)

El Gobierno entendió que debía comenzar a ordenar los desequilibrios macroeconómicos para evitar una crisis. Detener el drenaje de reservas internacionales, moderar el gasto público y bajar la inflación son los principales temas a resolver en la transición hacia 2015. Para frenar la caída de las reservas internacionales combina medidas ortodoxas, como una fuerte devaluación y aumento de tasas de interés, con más intervencionismo en el mercado de cambios, limitando las importaciones, obligando a los bancos a reducir su posición en moneda extranjera y pidiendo a las cerealeras que anticipen exportaciones.

El BCRA alcanzó su objetivo de corto plazo.

Sin que le sobre nada, las reservas internacionales permanecieron estables y cerraron el trimestre en torno de US$ 27.000 M, el tipo de cambio oficial quedó levemente por encima de $8 y la brecha cambiaria cayó. En los próximos meses deberá aprovechar la mayor oferta de dólares para acumular reservas. Los pronósticos son alentadores: de mantenerse las cotizaciones actuales y con una cosecha estimada en cincuenta y cuatro millones de toneladas, el complejo sojero podría aumentar la oferta de divisas en más de US$ 5.000 M.

En el segundo semestre el mercado de cambios queda más ajustado, en parte por mayores vencimientos de deuda del sector público. En ese sentido, la revisión a la baja del PIB en 2013 es una buena noticia, pues evita el pago de US$ 3.5000 M.

El Gobierno necesita aliviar la restricción externa y evitar un ajuste mayor en el nivel de actividad, por lo que seguirá avanzando en tender puentes con los organismos internacionales para lograr mayor financiamiento (en ese contexto hay que entender los cambios en el Indec, el acercamiento al Club de Paris y el reconocimiento de los fallos dictados por el tribunal del Banco Mundial para compensar a las empresas de servicios públicos a las que les pesificaron las tarifas). Al mismo tiempo, el acuerdo con Repsol por la expropiación de YPF busca abrir el crédito corporativo. De hecho, YPF ya colocó US$ 1.000 M a un plazo de diez años y a una tasa de 8,75%.

Con estos avances el Gobierno intentará mantener el nivel de reservas y con ello estabilizar el tipo de cambio para volver a utilizarlo como ancla contra la inflación. No buscará corregir el atraso cambiario, pero sí llegar sin mayores sobresaltos al 2015.

Los riesgos

Pero la estabilidad de las reservas se contrapone con la aceleración de la inflación. Los precios subieron varios escalones en los primeros meses del año liderados por el alza en los alimentos. Sin el ancla cambiaria y con expectativas elevadas, la inflación seguirá subiendo, dado que aún no sintió todo el efecto de la devaluación ni de los ajustes de tarifas. La respuesta del Gobierno continúa apuntando a los efectos y no a las causas: sólo insiste en acuerdos de precios que ya han mostrado ser, como mínimo, insuficientes.

En el plano fiscal, la aceleración de la inflación es una aliada para mejorar la recaudación. Al mismo tiempo, el Gobierno avanza en la quita de subsidios. Pero parece un ahorro fiscal muy magro para el nivel de gastos del sector público. La restricción fiscal llega cuando la economía más necesitaría de una política anticíclica. La actividad siente el impacto de la restricción externa y fiscal. El ajuste cambiario, monetario y la inflación ahogan la inversión y el consumo, con lo que probablemente la economía entre en recesión este año.

Por primera vez desde 2002, el ajuste está llegando con intensidad al motor del crecimiento del modelo kirchnerista. Caída del poder de compra de salarios, jubilaciones y menos crédito, son obstáculos muy difíciles de sortear. El freno al consumo empezó en los bienes durables: durante febrero la venta de autos y motos cayó 8% y 27% respecto a un año atrás (si se toma el promedio diario, la reducción es del 22% y 38%, respectivamente) en tanto que la de electrodomésticos registró una contracción del orden del 40%.

A diferencia de 2009 y 2012, la onda expansiva también está llegando al consumo masivo. De hecho, en enero ya dio cuenta de una caída del 0,5% en las ventas de supermercados debido a la importante disminución en la venta de alimentos congelados, artículos de limpieza y de perfumería e incluso alcanzó a la de alimentos secos (-1%). Sólo el rubro bebidas escapó a esta tendencia que, por el efecto de la ola de calor, subió 8%. Habida cuenta del alza de precios en los meses siguientes, estimamos que esta tendencia se acentuó en febrero y marzo.

Objetivos pobres

El Gobierno parece asegurarse la transición a 2015 sin crisis, pero con una economía muy fría, con inflación en ascenso y caída del salario real. Más allá de la lectura que realiza el mercado, lo que queda claro es que en los últimos dos años la Argentina tuvo un crecimiento muy pobre, con inflación ascendente y muy alejada de los parámetros de la región. Difícilmente pueda salir de este escenario de estanflación en el corto plazo.

El Gobierno parece conformarse con alcanzar la meta, sin avanzar en corregir los desequilibrios estructurales. El financiamiento externo es un buen aliado para mitigar los costos del ajuste pero también puede terminar siendo un atajo usado para eludir y posponer las correcciones estructurales todavía pendientes.

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