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Ante un punto de inflexión

El mediano plazo de la economía

04 abril de 2014

(Columna de Matías Carugati, economista jefe de Management & Fit)

Un sesgo común entre quienes analizamos el estado de la macroeconomía es enfrascarnos en la coyuntura. Particularmente en la Argentina, donde el cortoplacismo caracteriza muy bien las decisiones de política económica. Hoy nos preocupamos por la recesión, la inflación, el déficit fiscal y el nivel de las reservas. Sin embargo, desde el extranjero comienza a percibirse un ánimo más optimista.

¿Qué es lo que ven y que escapa a la atención de los analistas locales?

A pesar de la desaceleración de los últimos años, el potencial de crecimiento luce promisorio. Políticas que estimulen la inversión en infraestructura (transporte, comunicaciones y energía), para evitar cuellos de botella de oferta, y sectores transables, para atenuar la restricción externa, podrían sostener un crecimiento de 4% anual. Sobre todo si se complementan con una reforma educativa que logre revertir el retroceso de las últimas décadas.

En materia de precios, la inflación resulta superior año tras año. Sin embargo, una mirada histórica muestra que la situación actual no es peor que en otras épocas, ni que se haya espiralizado fuera de control. En este sentido, la comparación con la convertibilidad es inapropiada, ya que la estabilidad de los '90 era el resultado artificial de un arreglo cambiario insostenible. Guiados por la experiencia de otros países (desarrollados y en desarrollo), un cambio creíble hacia un régimen de metas de inflación, acompañado por un reacomodamiento fiscal y el retorno a los mercados de capitales, podría reducir la inflación a niveles inferiores a un dígito en pocos años.

El estado de salud fiscal tampoco es preocupante. El deterioro de los últimos años se debe a una política excesivamente expansiva pero, en comparación con otros países, la combinación déficit-deuda no deja a la Argentina mal parada, sino todo lo contrario.

El Estado logró disminuir (en términos del PIB) el stock de deuda, sobre todo la que está en manos del sector privado, al mismo tiempo que redujo su exposición al descalce de monedas.

El desafío a corto plazo consiste en seguir desarmando el insostenible esquema de subsidios, que sólo en 2013 insumió cinco puntos del PIB, un camino que el Gobierno comienza a transitar. En cuanto al sector externo, el déficit no es abultado (0,8% del PBI en 2013) pudiéndose manejar con políticas apropiadas.

Por otra parte, el sector agropecuario continuará siendo una bendición en este aspecto: el potencial productivo supera los cien millones de toneladas anuales y los precios internacionales, si bien volátiles y con riesgos a la baja a corto plazo, resultan muy superiores a los de otras décadas. Pensando en el mediano plazo, también hay que tener en cuenta las posibilidades que ofrece Vaca Muerta.

Retorno al centro

La política también invita al optimismo. Con el ciclo kirchnerista llegando a su conclusión natural, la sociedad demanda otra clase de líderes. Las encuestas de Management & Fit Consultora muestran que la sociedad prefiere líderes fuertes, pragmáticos y con experiencia. Pero quieren que su próximo presidente solucione los problemas más acuciantes (inseguridad, inflación y desempleo) sin desechar medidas con las que está de acuerdo (como lo hecho en materia de DD. HH. o la AUH, por ejemplo).

Con sus diferencias, los principales políticos en carrera a la presidencia (Sergio Massa, Daniel Scioli, Mauricio Macri, Hermes Binner y Julio Cobos) se encuadran dentro de las preferencias sociales. En definitiva, lo que se ve desde el extranjero es un punto de inflexión a partir de 2015.

Si bien el rumbo será distinto bajo la conducción de quienes hoy lideran en las encuestas, en comparación con CFK representan un giro hacia el centro. Se percibe que con una administración adecuada el país puede estabilizar el ciclo y dar el tan ansiado (y demorado) primer paso hacia el desarrollo. Por lo tanto, quienes hoy se posicionen en el mercado local podrían terminar ganando importantes beneficios. Claro que para ello habrá que atravesar un año y medio lleno de complicaciones, muchas de ellas autogeneradas. Todo un desafío, pero ciertamente no imposible.

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