El Economista - 70 años
Versión digital

jue 28 Mar

BUE 22°C

El 2013 asoma positivo

El contexto global, clave.

23 octubre de 2012

(Columna de Juan Pablo Ronderos)

Si bien aún falta un buen trecho para terminar 2012, ya desde hace un tiempo las miradas de analistas, empresarios, políticos e, incluso, el público en general están puestas en lo que pueda suceder en 2013. Luego de un año un poco flojo en materia de crecimiento, creación de empleo y demás cuestiones macroeconómicas (en especial cuando se lo contrasta con la performance de períodos recientes, que han dejado una base de comparación muy alta), el foco de la mayoría parece estar puesto en qué nos puede deparar el año próximo.

Será un año clave en muchos sentidos, teniendo en cuenta las elecciones legislativas, que pueden definir el escenario político hasta 2015 y, por ende, también el económico. El análisis de lo que pueda suceder en 2013 debe realizarse desde dos planos.

Por un lado, el del contexto internacional y de los factores exógenos (es decir, aquellos fuera del control de las autoridades). Llámese crecimiento global y/o de nuestros socios comerciales más importantes, evolución de sus monedas, precios de nuestros principales productos de exportación, el clima aquí y en los países que compiten por estos mercados, etcétera. Por el otro lado, cuál puede ser la respuesta a este escenario externo.

En el primer caso, las perspectivas para lo que queda de este año, pero en especial para 2013, son auspiciosas. Existe un consenso bastante amplio respecto de que las condiciones externas y los factores exógenos serán mucho más favorables que en 2012. En primer lugar, la situación en Europa parece comenzar a encaminarse, aunque muy lentamente. En esto ha sido clave la decisión política de las autoridades a cargo de tomar algunas medidas increíblemente postergadas como, por ejemplo, el compromiso por parte del Banco Central Europeo de comprar deuda de los países en problemas (en especial de España e Italia) de manera de aminorar las presiones que se cernían sobre éstos. Aun cuando todavía hay idas y vueltas en torno este y otros temas clave, el cambio de actitud ha sido suficiente (al menos hasta aquí) para descomprimir un escenario que unas semanas atrás se encaminaba a ser inmanejable. Y, si bien la situación aún no está resuelta ni mucho menos, todo parece indicar que se ha comenzado a desandar el camino en el sentido correcto.

A esto se suma que EE.UU. mantiene una recuperación que, aunque tibia (con una creación de empleo por debajo de lo necesario para resolver el problema del mercado laboral y un crecimiento económico también menor al potencial), alcanza para dar marco a una economía global sin riesgos elevados de repetir una crisis como la de 2008-2009.

También es clave para el escenario nacional en 2013 la situación en que se encuentra actualmente el mercado agrícola mundial y las estimaciones sobre oferta y demanda para la próxima campaña, en particular para los productos que nuestro país exporta en grandes cantidades. Los problemas climáticos en vastas regiones productoras que compiten en estos mercados con la Argentina, y los pronósticos sobre buenas condiciones locales, permiten ser muy optimistas respecto de la performance de los precios y las cantidades a exportar. Se revertiría así uno de los factores negativos que atentaron contra la actividad económica en 2012 (el valor de la campaña 2011-2012 registró una caída del orden del 10% respecto de la anterior).

Pero las buenas noticias en materia de escenario externo no se agotarían en estos puntos. Para lo que queda del año y para 2013 se espera una recuperación significativa del crecimiento en Brasil, principal destino de las exportaciones de manufacturas industriales locales, en particular del sector automotriz. Desde hace meses todos los esfuerzos de las autoridades del vecino país se han enfocado exclusivamente en impulsar la actividad económica, incluyendo a la política fiscal (exenciones impositivas, incentivos a la inversión, planes gubernamentales de inversión y compra de bienes durables, etcétera) y a la monetaria (desde agosto de 2011 a la fecha el Banco Central de Brasil ha recortado su tasa de referencia SELIC en 525 puntos básicos). Estrategia que estaría comenzando a rendir sus frutos de acuerdo a los últimos datos disponibles, con una probabilidad de éxito muy alta según los pronósticos del mercado (la encuesta del BCB muestra un crecimiento esperado para 2013 del orden del 4%, frente a una tasa estimada de 1,5% este año).

La estrategia del Gobierno

De esta manera, los factores exógenos que fueron adversos en 2012 (o que al menos no ayudaron) serían favorables el año próximo. Lo que pone un “piso” al escenario local en 2013 para nada despreciable. Y es entonces donde comienza a terciar el segundo plano desde el que hay que analizar lo que pueda suceder: el interno. Son muchas las variables a las que debe prestarse atención.

Por un lado, cuál será la estrategia de las autoridades en materia cambiaria ante un relajamiento de la restricción externa. Por el otro, teniendo en cuenta que es un año electoral, habrá que prestar atención a lo que suceda con el gasto público, en especial en materia de inversiones en infraestructura y en gasto social, descontando que también la restricción fiscal será más laxa. Y también habrá que seguir de cerca a la política monetaria, de alguna manera subordinada hoy a estas primeras dos cuestiones (la cambiaria y la fiscal).

Es difícil dar una respuesta concreta sobre lo que pueda suceder en estos campos. Pero, al menos a priori, nada hace pensar que el año próximo vaya a haber el mismo ruido en materia económica que en este 2012. El escenario debería ser más relajado y, por ende, menos incierto. Así, se estaría sacando provecho de aquel contexto externo más favorable.

últimas noticias

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés