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Telefonía celular

Avance estatal.

07 septiembre de 2012

La política de mayor intervención estatal en la economía tuvo un nuevo capítulo: el Estado pasará a ser un jugador importante también en la telefonía celular. Según anunció el ministro de Planificación, Julio De Vido, el Gobierno Nacional dejó sin efecto las licitaciones de nuevas frecuencias de la red 3G para telefonía móvil, y en cambio quedaron en manos del Estado por medio de la empresa pública Arsat.

La adjudicación equivale a casi 25% de participación en el mercado de telecomunicaciones. Las frecuencias en juego estaban destinadas a adjudicar servicios de comunicaciones personales y radiocomunicaciones por razones de oportunidad, mérito y conveniencia. Sin embargo, el Gobierno asegura que ninguno de los oferentes para explotar esas frecuencias acreditaba solvencia financiera y patrimonial y no podía entregarse el espectro a aquellos que no garantizaban transparencia en la competencia.

Por eso se habría asignado esas frecuencias a Arsat “en atención a su rol estratégico en la implementación de las políticas de Estado en materia de telecomunicaciones, radiodifusión e Internet”, explicó De Vido quien descartó que se trate de una mera nacionalización del servicio. La función que tiene pensada la Secretaría de Comunicaciones es una empresa con una participación equilibrante en el mercado. De Vido advirtió que si el Estado no hubiera tenido a Arsat, se hubiera entregado el servicio a monopolios.

En realidad, el Gobierno hace tiempo viene incrementando su participación en la economía. Lo hizo con el mercado previsional, con el servicio de agua, con Aerolíneas Argentinas y con el mercado energético tras la expropiación de acciones a Repsol. La estrategia oficial es cubrir todas aquellas áreas de la economía que se consideran estratégicas y fáciles de ser avasalladas por monopolios. Si bien se trata de una estrategia genuina, la incertidumbre que genera es cómo serán administradas esas empresas y áreas.

La Argentina no se ha caracterizado en su Historia por ser una administradora eficiente en sus empresas. Pero existe la expectativa de que en algunos casos puedan obtenerse buenos resultados, como ocurre en otros países del mundo, entre ellos México y Brasil.

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