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El camino de lo opositores

¿Gran alianza o cada uno por su lado?

03 septiembre de 2012

Ante cada ciclo electoral, en los partidos de la oposición reaparece el debate sobre si es conveniente presentarse por separado o si, por el contrario, deben buscar acuerdos para enfrentar al oficialismo. Para muchos radicales, Mauricio Macri es el límite. Para muchos macristas, aparecer asociados a la estructura formal de la UCR resta más de lo que suma. Para el FAP el macrismo es inaceptable y creen que los radicales no terminan de definir si forman parte del progresismo o no.

Al arranque del ciclo electoral 2013/2015 todos parecían dispuestos a no traspasar los límites que, en muchos casos, se autoimpusieron. Sin embargo, el tema de la re-reelección, que para muchos opositores es el objetivo del Gobierno, puede llevar a que se modifiquen algunas posiciones. Hasta ahora, los opositores creían que les convenía participar en las elecciones de 2013 con listas separadas y hacer acuerdos luego de que quedara en claro la representatividad de cada uno.

Ese razonamiento se aplicó para las primarias de 2011. Los opositores se pelearon por ver quién salía segundo, especulando con tener el apoyo del resto para enfrentar a Cristina Fernández en las elecciones generales de octubre. Pero el aluvión de votos que recibió la Presidenta en agosto y la enorme diferencia con relación al segundo frustraron las expectativas de polarización que tenían los opositores. La estrategia de una oferta electoral fragmentada, para intentar maximizar la cantidad de votos opositores, coloca al oficialismo en una posición en la que parece imposible de derrotar por la diferencia que obtiene con relación al segundo.

Pero los acuerdos forzados, entre quienes tienen poco en común, tampoco han demostrado ser una alternativa que pueda perdurar. Se comprobó con la efímera duración del Acuerdo Cívico y Social y los pobres resultados de la alianza entre Francisco De Narváez y Ricardo Alfonsín. Los opositores deberán ser creativos a la hora de definir su oferta electoral porque, de lo contrario, quedarán como meros espectadores y comentaristas de cómo el peronismo resuelve la sucesión presidencial.

El único camino que tienen las fuerzas de la oposición para ser competitivas y de no volver a cometer los errores del pasado es hacer, con tiempo, acuerdos sobre principios básicos y entre partidos, no entre individualidades. Para enfrentar elecciones es necesario contar con organización, presencia territorial, candidatos atractivos y recursos institucionales. Sin esos requisitos no se gana y mucho menos se gobierna.

Sólo el peronismo reúne esos cuatro elementos. El resto solo tiene algunos de ellos. El radicalismo tiene los dos primeros mientras que el PRO y el FAP los dos últimos porque cuentan con Mauricio Macri y Hermes Binner y gobiernan dos distritos grandes.

Los partidos de la oposición tienen por delante el desafío de hacer las cosas mejor que en los últimos años porque además de oponerse a la reforma de la Constitución deben ser capaces de ofrecer una alternativa creíble a la sociedad argentina. Que sirva para ganar elecciones, pero también para gobernar.

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