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Apple Inc.

Los desafíos de la empresa más valiosa.

05 septiembre de 2012

A principios de este año, muchos se apresuraron a señalar que las acciones de Apple estaban sobrevaloradas en el mercado y que quizás se estuviera incubando allí una burbuja especulativa como la que luego provocaría estragos entre quienes apostaron al llamativo ascenso de Facebook. Pero no fue así. La cotización de los papeles de Apple no ha hecho más que consolidarse y la compañía fundada por Steve Jobs puede exhibir hoy el título de la más valiosa en toda la historia de Estados Unidos, con un valor accionario que supera los US$ 620.000 millones. La cifra (que supera, por ejemplo, el PIB de la Argentina y de muchas otras naciones) sólo encuentra un antecedente en los US$ 616.000 que llegó a sumar Microsoft en el mercado de valores en 1999.

Claro que, mientras algunos analistas cuestionan que, ajustada por la inflación, esa cifra sería hoy equivalente a US$ 859.000 millones (y, por lo tanto, Apple está todavía lejos de alcanzar ese record), otros prefieren subrayar que la empresa dueña de Windows apenas ronda ahora los US$ 216.000 millones. Lo cierto es que entre Microsoft y Google (US$ 220.000 millones), no llegan a opacar, aún sumadas, el liderazgo de la legendaria manzana. Sólo con las ventas de su iPhone, Apple excede el actual ingreso total de Microsoft. Y también vale la pena tener en cuenta que la firma de la manzana le lleva una ventaja sustancial al ocupante del segundo lugar en el podio global: la petrolera Exxon Mobil, que se cotiza en US$ 405.000 millones.

¿Hacia el billón?

El récord sirve, por otra parte, como un póstumo tributo a la figura del fallecido Steve Jobs, quien, luego de fundar la firma, acudió a rescatarla de una situación que parecía condenarla a un naufragio inevitable, a fines de los años '90. Y subraya, además, la labor de quien se convirtió en su timonel un año atrás, Tim Cook, responsable de sostener el éxito de mercado de las que son ahora las estrellas del catálogo de productos de Apple: los teléfonos móviles iPhone y las tabletas iPad. Es, justamente, la expectativa frente a los próximos lanzamientos de nuevas versiones de estos equipos (un celular con pantalla más grande y una iPad ligeramente más compacta) lo que viene propulsando el viento de cola en las cotizaciones de la marca en los recintos bursátiles.

Si estas condiciones se mantienen, dicen muchos observadores, hay razones para creer que Apple podrá alcanzar en el futuro otro hito: un valor de mercado de un billón de dólares. A favor de esta profecía están las estadísticas. El consultor Brian White argumenta que el actual valor de mercado de Apple equivale a apenas once veces sus utilidades proyectadas para el próximo balance anual. En cambio, en los casos de otras compañías que alcanzaron en su momento una capitalización de mercado de más de US$ 500.000 millones, como Cisco, Exxon, General Electric, Intel y Microsoft, los números representaban entre sesenta y ochenta veces las ganancias previstas. Es decir que Apple tiene aún mucho margen para crecer.

Por otro lado, y esto resulta aún más llamativo, los índices de penetración de mercado también hablan a favor de las perspectivas de Apple. Es que, argumenta White, los otros gigantes de los negocios conquistaron su récord de valuación bursátil cuando ya habían alcanzado un dominio casi total de sus sectores. “Microsoft controlaba más del 90% en el segmento de los sistemas operativos cuando alcanzó su pico de valor, Intel había conquistado el 80% del mercado de los microprocesadores, y Cisco ostentaba 70% en el área de las redes”, enumera el experto.

“En cambio, Apple sólo domina el 4,7% del mercado de las computadoras de escritorio, y 6,4% en el sector de la telefonía móvil. Es cierto que en el negocio de las tabletas es el líder indiscutido, con el 68%, pero esto es así porque inventó la categoría”. Según el experto, si se cumplen los pronósticos de records de ventas con los esperados lanzamientos del iPhone 5, el nuevo iPad y el dispositivo Apple-TV, y se concreta un acuerdo de distribución con la poderosa China Mobile, la meta del billón de dólares de valuación bursátil puede estar más cerca de lo que muchos creen y las ganancias netas de 2013 podrían sobrepasar a las registradas jamás por una firma norteamericana cotizada en Bolsa.

El desafío

Pero también es cierto que todos estos ambiciosos pronósticos pueden chocar contra un límite generado por la propia naturaleza de la compañía. Los productos de Apple, dicen algunos analistas, son un ejemplo nítido de la categoría que definió, a fines del Siglo XIX, el economista Thorstein Veblen: mercancías que desafían la ley de la oferta y la demanda porque representan símbolos de status y, por lo tanto, cuanto mayor es su precio, más se consolidan en el imaginario de los consumidores como un objeto de deseo. Claro que, si el producto en cuestión llega, efectivamente, a alcanzar un éxito masivo en el mercado, la magia se quiebra y la fórmula del crecimiento ilimitado se derrumba.

¿Es esto lo que le espera a Apple? Aquí, las opiniones de los expertos se dividen. El fenómeno descripto por Veblen le ha permitido a la firma cosechar inusuales beneficios en el competitivo sector del hardware. Allí, donde el índice de ganancia no suele superar el 10%, los equipos identificados con la manzana alcanzan entre 30 y 40% de rentabilidad, impulsados, evidentemente, por la imagen premium de la marca.

Pero, a medida que grandes masas de la población mundial, básicamente en Asia y Africa, se incorporan a la base de usuarios de la telefonía móvil, el brillante horizonte de Apple tiende a matizarse con tonos de gris. Su desempeño y sus perspectivas en China son envidiables, pero difícilmente traspasen la frontera del 10% más rico del mercado. Y en Africa, estas limitaciones se tornan más estrictas aún. El continente representa una gran oportunidad de crecimiento sólo para los fabricantes que puedan pelear y ganar la guerra de los precios.

Por lo tanto, a Apple se le abre sólo una vía para la expansión futura: seguir sorprendiendo al mercado con ofertas creativas, novedosas y de calidad premium, que le aseguren la fidelidad de un público dispuesto a pagar el precio del prestigio. Este es el desafío de los próximos años, sin Steve Jobs al timón y con competidores cada vez más motivados a morder su privilegiada porción del pastel.

Recuadro: ¿Quién inventó el rectángulo?

Después de dos meses de enconadas batallas legales, Apple salió claramente favorecida de su pleito con la coreana Samsung, a la que acusó de plagiar sus creaciones. Y no se trata sólo de un triunfo moral. El jurado determinó que la compañía estadounidense deberá recibir US$ 1.000 millones como indemnización por violaciones a sus patentes por parte de su rival asiático, principal productor mundial de teléfonos móviles inteligentes y tabletas electrónicas.

Según este fallo, Samsung copió características esenciales del iPhone y el iPad. Los analistas del sector advierten que este ha sido un episodio crucial en la guerra a más largo plazo que libra Apple contra los fabricantes que utilizan el sistema operativo Android, desarrollado por Google. En lugar de atacar directamente al creador del programa, la compañía fundada por Steve Jobs decidió apuntar sus cañones contra los principales usuarios. Samsung para empezar, pero también Motorola (recientemente adquirida por Google), la taiwanesa HTC, la coreana LG y la japonesa Sony. La acción contra Samsung se inició en abril del año pasado y se basó en que el fabricante coreano viene imitando el diseño externo de sus equipos con la intención de confundir a los consumidores.

La respuesta de Samsung, una vez conocido el fallo, fue tan categórica como sarcástica: “Este veredicto no debe ser interpretado como una victoria de Apple, sino como una derrota para el público consumidor estadounidense. De este modo, habrá menos opciones en el mercado, menos innovación y, probablemente, precios más elevados. Es una lástima que una ley de patentes pueda ser manipulada para otorgarle a una empresa el monopolio de los rectángulos con esquinas redondeadas o de tecnologías que Samsung y otras empresas vienen mejorando día a día”.

En la biografía de Jobs escrita por Walter Isaacson puede rastrearse el origen de este pleito y el apasionado encono con que el creador de Apple asistió al surgimiento del sistema Android. “Emplearé hasta mi último aliento y hasta el último dólar de mi compañía en revertir este daño. Voy a destruir a Android porque es producto de un robo. Voy a usar armas termonucleares para esto”, exageró.

A largo plazo, advierten los analistas, el triunfo de Apple en los tribunales podría volverse en su contra en los mercados, porque de este modo está obligando a sus competidores a buscar innovaciones que los diferencien claramente. Incluso, señalan algunos observadores, esto puede significar un estímulo indirecto para Windows Phone, el sistema operativo creado por Microsoft, y las marcas que lo adoptaron, como Nokia, cuyo equipo Lumia fue exhibido durante el juicio por los abogados de Apple para demostrar que no todos los celulares inteligentes responden al formato del rectángulo negro con ángulos redondeados.

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