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Las 3 preguntas: el mercado laboral

Opinan Kritz, Asiain y Delgado.

18 julio de 2012

1. La economía se está desacelerando desde finales del año pasado. ¿Qué efecto está teniendo y cuáles tendrá en el mercado laboral?

Ernesto Kritz (E.K.), de Sel Consultores: Caracterizaría la situación actual como una en la cual el mercado ha dejado de crear empleo o, en todo caso, lo está haciendo en una proporción mínima. La ocupación está cayendo en sectores como la construcción y en otros que arrastran problemas hace ya un tiempo, como los frigoríficos, pero no es una situación generalizada. También hay algunas suspensiones en actividades afectadas por las trabas al comercio exterior, pero se están resolviendo o están en vías de hacerlo. Los mecanismos que están utilizando las empresas para ajustar sus costos laborales son básicamente dos. Por un lado, disminución de horas extra y, por otro lado, no reposición de las vacantes que se están produciendo. No hay destrucción de empleo significativa como la que se registró en 2008 y 2009. El año pasado, en la encuesta mensual que realizamos entre las firmas líderes, la proporción neta que esperaba incrementar su dotación era de 35%. Ahora, es casi nula: en junio, la proporción bajó a 2%.

Andrés Asiain (A.A.), del CEMOP: En primer lugar, la desaceleración no es general, sino que afecta a sectores puntuales, como el automotor, ligados al mercado de Brasil o a la construcción, por los desajustes temporales vinculados a las nuevas regulaciones del mercado de cambios. A su vez, la renegociación comercial al interior del Mercosur y el lanzamiento de los planes de financiamiento de la compra de viviendas probablemente reviertan varios de esos indicadores. El hecho de que las paritarias hayan cerrado con un aumento promedio del 24% muestra que la situación del mercado laboral no parece afectada por la crisis externa. Aun así, puede que se reduzca el número de horas extra y otros adicionales, pero hasta el momento no se perciben despidos de trabajadores y, de producirse, la experiencia de la anterior crisis internacional muestra que el Gobierno va a intervenir por todos los medios para evitarlos. El mercado informal podría verse más afectado si la desaceleración llega a generarse ya que ese segmento de los trabajadores no cuenta con la misma protección. Su incorporación al trabajo formal es una de las deudas pendientes luego de ocho años de crecimiento acelerado y obliga a repensar las políticas públicas que se realizaron en ese sentido.

Ricardo Delgado (R. D.), de Analytica Consultora: Empiezan a observarse fenómenos que no se veían desde 2009. El primer paso de ajuste del mercado laboral es el recorte de horas extra. También se ampliaron los sectores en los cuales las suspensiones son moneda corriente y empiezan, muy puntualmente todavía, a aparecer algunos despidos. Pero más allá de esta cuestión cíclica, y bastante obvia, hay un tema más estructural que es la demanda laboral. Esta demanda e incluso las de 2010 y 2011, que fueron años de crecimiento, están en niveles muy inferiores a los que había antes de la crisis de 2008-2009. La demanda laboral venía creciendo, cayó fuertemente en la crisis y, si bien luego volvió a crecer, no se recuperó a los niveles previos. De alguna manera, en 2010 y 2011 la Argentina se hizo más productiva en la producción de bienes y servicios por empleado ocupado. Lo cual genera otro desafío para el mercado laboral.

2. Aun antes de la desaceleración, en los últimos años la economía no creaba tantos empleos como en los años inmediatamente posteriores a 2003. ¿Por qué?

E. K.: Es así, aunque debe aclararse que en el sector formal la economía creó empleo en el cuarto trimestre de 2011 y lo hizo al 3% en el primer trimestre de este año, aunque una parte se debió al arrastre estadístico. De todas maneras, está claro que desde finales de 2007 la economía dejó de crear empleo a las tasas a las que lo venía haciendo. Otro dato a tener en cuenta es que el año pasado creó poco empleo con relación al producto. Es decir, la elasticidad empleo- producto ha ido bajando.

A. A.: La creación de empleo, en un principio, se realizó aprovechando la capacidad instalada ociosa existente en las empresas. Una vez alcanzado el nivel de pleno uso de esa capacidad, el gasto de capital que requiere incorporar un trabajador al proceso productivo se incrementa fuertemente, y es lógico que la velocidad de creación de empleo se reduzca.

R. D.: Tiene que ver con que, en los últimos años, se abarató el capital en relación al trabajo producto de la apreciación del peso. Esto explica porque la recuperación de la demanda laboral fue tibia luego de 2008-2009.

3. Varios economistas creen que el país está cerca de una situación de pleno empleo. ¿Coincide con esta visión o cree que es exagerada?

E. K.: En el sector formal de la economía, yo diría que, desde hace algunos años, hay una situación de pleno empleo. En el informal, no. Un tercio de la fuerza de trabajo está en ese sector y allí la tasa desempleo aún es de dos dígitos.

A. A.: No coincido para nada. Un 7- 8% de desempleo sumado a que muchos de los trabajadores empleados lo están en empleos de baja productividad como servicio doméstico, seguridad privada, vendedores ambulantes, etcétera, indica que existe una enorme oferta potencial de empleo que podría ser absorbida por sectores productivos y modernos.

R. D.: Me parece difícil que, sin reformas de fondo en el mercado de trabajo, pueda caer mucho más la tasa de desempleo del actual 7-7,5%, que parece ser un piso difícil de perforar. No son niveles de pleno empleo ni es una tasa natural de desempleo para una economía como la argentina. Creo que el país puede tener tasas de desempleo aún menores. Para eso hay que plantear algunos desafíos más de largo plazo en el mercado de trabajo. En varios sectores, hay pérdida de capital humano y eso, afecta al mercado laboral y le ponen un piso a la baja del desempleo. Esa pérdida de capital humano perpetúa, además, los altos índices de informalidad que existen, más allá de la cuestión de los costos impositivos asociados a contratar un empleado, mantenerlo y, eventualmente, despedirlo. El punto central es que hay demandas laborales que no pueden ser satisfechas porque el capital humano hoy no es el adecuado, incluso en oficios de baja calificación. Por ejemplo, construir hoy no es lo mismo que hace veinte años. Hay que avanzar en ese sentido.

(De la edición impresa)

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