La región del Asia-Pacífico crecerá menos que en 2010 y 2011. Aún así, será, una vez más, la región más dinámica del mundo en términos de crecimiento económico. Según la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (ESCAP), los países emergentes de la región crecerán 6,5% en 2012, luego de haber crecido 7% en 2011 y 8,9% en 2010. Los motivos de la desaceleración, según la ESCAP, son dos: el menor dinamismo de las exportaciones a los mercados centrales y la suba en el costo del capital.
El trabajo divide a la región del Asia-Pacífico en cinco subregiones: el este-noreste (crecerá 7,1%); el norte-centro (4,3%); las islas del Pacífico (5,7%); el sur-sudoeste (6,7%) y el sudeste (5,2%). Los países más grandes de Asia mantendrán altas tasas de expansión: China crecerá 8,6%, luego de haber crecido 9,2% en 2011 y la India pasará de una tasa de crecimiento de 6,9% a 7,5%.
En un mundo volátil como el actual, las proyecciones de crecimiento tienen riesgos a la baja. El trabajo de ESCAP señala tres: una crisis financiera producto de una desintegración caótica de la eurozona; una suba en los precios del petróleo y efectos colaterales de las nuevas políticas expansivas de los países centrales que podrían provocar apreciación de sus monedas, burbujas de activos o nuevas presiones inflacionarias. Del lado positivo, el trabajo destaca la mayor integración regional. Las exportaciones interregionales pasaron del 43% del total al 50% y la Inversión Extranjera Directa (IED) entre los países del Asia-Pacífico también está creciendo.
Los desafíos que enfrenta la región, según ESCAP, son muchos: balancear la tensión entre inflación y crecimiento; manejar los influjos de capital; seguir bajando el desempleo (fue de 4,2% en 2011 pero de más de 10% entre los jóvenes); reducir las crecientes inequidades sociales y de ingresos; pasar de fuentes de crecimiento externas (export-led) a internas (como el consumo interno) y mejorar la institucionalidad económica.
