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Inercia inflacionaria

¿Se quebrará en los próximos meses?

07 febrero de 2012

El brusco freno de la inflación importada en la primera parte de 2012 abre una inédita oportunidad para que la Argentina pueda proponerse este año romper la inercia inflacionaria, que se ha venido expresando en variaciones nominales del orden del 25% anual”. Así arranca el último informe del IERAL-Fundación Mediterránea. “Ahora bien, romper la inercia inflacionaria no es sencillo, particularmente en un momento en el que empiezan a sincerarse precios rezagados, como en el caso de las tarifas de los servicios públicos”.

Para el IERAL, la actual desaceleración en los precios internacionales de las materias primas es

una condición necesaria (aunque no suficiente) para moderar la inercia inflacionaria. El Gobierno

parece inclinarse por un tope a los aumentos salariales, pero para evitar que esta pauta provoque la conflictividad, se requiere una coordinación más ajustada de las expectativas inflacionarias. “La política fiscal es clave”, dice el IERAL. La expectativa de inflación para los próximos doce meses es de 25%, según datos de la encuesta que realiza la Universidad Di Tella. Este relevamiento indica que la inflación percibida en 2011 fue de 30% anual, aunque la evidencia empírica indica que las personas tienden a sobreestimar los aumentos de precios.

En promedio, los precios de las materias primas en pesos deberían registrar una variación inferior a la de 2011, que fue de 26,7% interanual, dice el IERAL. “Esto no depende sólo de lo que ocurra con los precios internacionales, sino también con el deslizamiento del tipo de cambio, sin olvidar que estamos hablando de los precios minoristas, por lo cual también tienen una incidencia significativa todos los procesos productivos que van desde la materia prima hasta el consumidor final”.

El Gobierno comenzó a dar señales claras a respecto que aspira a que las negociaciones salariales

no excedan una pauta que parece  ubicarse en torno al 18% interanual para 2012. El tema es que, para evitar que esta señal genere conflictividad, se necesita una mayor coordinación de las expectativas a favor de un escenario de franca desaceleración de la inflación. “Para ello, no alcanza con lo que ocurra con el precio de los alimentos o las regulaciones que puedan establecerse desde el Ministerio de Trabajo”.

Según el IERAL, en la Argentina de los últimos años, la expansión monetaria comenzó a depender de modo cada vez más significativo de las necesidades de financiamiento del sector público que no pueden ser cubiertas con recursos genuinos (impuestos) ni colocación de nueva deuda pública. Por lo tanto, lo que ocurra con la expansión monetaria y con las expectativas de inflación está íntimamente relacionado con la trayectoria del gasto público y con la posibilidad de financiamiento genuino del Tesoro. “Esta es la variable que habrá que monitorear en los próximos meses para poder apostar a un efectivo quiebre de la inercia inflacionaria a partir de la oportunidad que surge del comportamiento de los precios de las materias primas”.

(De la edición impresa)

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