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¿Lorenzino abrió el paraguas?

Declaraciones del ministro de Economía.

30 enero de 2012

El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, casi no había hecho declaraciones públicas. Hasta esta semana. Y fue para decir que la economía argentina tendrá un buen año pese a las malas

señales que vienen desde el exterior. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial dijeron que la economía global crecerá menos de lo que habían pronosticado cuatro meses atrás. En el Foro de Davos, los líderes de todo el mundo allí reunidos expresaron su preocupación por la recuperación anémica del empleo tras la crisis en 2009. Y la semana que viene en Bruselas los mandatarios europeas tratarán de llegar a algún acuerdo para evitar que la recesión en sus países se agudice todavía más.

Los últimos informes del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial señalan que los países

desarrollados crecerán cerca de 1% y los emergentes alrededor de 5%. Como consecuencia de ello la economía mundial lo hará entre 3,3% (FMI) y 2,5% (BM). Para The Economist Intelligence Unit, incluso, la película puede ser peor: la crisis financiera europea puede provocar una nueva recesión global. “Lo que no va a venir desde afuera es el viento de cola como le gusta decir a algunos”, dijo Lorenzino.

Sin embargo hay quienes creen que es exagerado decir que la Argentina ya no tendrá viento de cola. Tal vez no sea de la misma magnitud que en los últimos años pero sí es cierto que hay variables que seguirán favoreciendo a la economía argentina.

El mundo

El país seguirá beneficiándose de la demanda de los países en desarrollo. Según el informe del Banco Mundial las economías emergentes se expandirán a 5,4%, la misma tasa que publicó el FMI esta semana. Las economías de China y Brasil (dos destinos que explican cerca de un tercio de la demanda de las exportaciones argentinas) crecerán al 8,2% y 3%, respectivamente. Para 2013 el FMI ve una recuperación en la dinámica de ambos mercados y sus productos crecerán 8,8% y 4%,

respectivamente. Todo esto explica por qué el comercio mundial seguirá expandiéndose. Según el

Banco Mundial crecerá 6,8%, para The Economist Intelligence Unit 4,8% y para el FMI 3,8%. Si se

tiene en cuenta que en 2009 hubo una contracción de 12%, las perspectivas no lucen tan mal. El propio Fondo Monetario aclara en la actualización de su informe Perspectivas Económicas Mundiales 2012: “Las nuevas proyecciones indican una desaceleración de la actividad económica global, pero no un colapso de la misma”.

En la semana Estados Unidos confirmó que seguirá con su política de dólar débil. La Reserva Federal anunció que mantendrá sus tasas bajas hasta 2014 y de esto se desprende que la demanda de dólares seguirá relegada. Como el tipo de cambio en la Argentina ha estado atado al dólar en los últimos años, un dólar debilitándose favorece la competitividad del país. Es cierto que no pocos descartan una revaluación de la moneda estadounidense si ocurre algún hecho inesperado

en Europa. Así sucedió en 2009 tras la caída de los gigantes Lehman Brothers y AIG: los inversores se refugiaron en el dólar (flight to quality). Pero más allá de alguna turbulencia circunstancial en Europa que pueda apreciar el valor del dólar a nivel mundial, la política del gobierno de Estados Unidos seguirá basándose en la expansión del gasto y de los agregados monetarios.

Para The Economist Intelligence Unit la crisis europea será la que marque la cancha en 2012 y no la marcha de la economía de Estados Unidos. El crecimiento del producto mundial será 3,1% en términos de poder de paridad de compra, estima, y 2% a precios de mercado. Para EIU la economía global está al borde de la recesión porque la posibilidad de que algún país europeo abandone el euro “constituye una verdadera amenaza”. En ese caso, “la economía global sufriría una recesión mundial mucho peor que la de 2009 tras la caída de Lehman Brothers”.

El dólar

El precio del dólar es un dato clave para la Argentina porque el valor de las materias primas está establecido en esa moneda. Cuando su precio baja el de las commodities sube y viceversa. Un trabajo de dos economistas de la Universidad de Harvard, Evan Schnidman y Daniel Nadler, sostiene que un dólar barato favorece a las empresas estadounidenses que fabrican sus productos dentro del país y lo venden allí. Schnidman y Nadler mencionan, además, que el Tesoro de EE.UU. fue el principal beneficiario de una política de dólar barato: la carga de la deuda que paga el Estado es mucho menor si el dólar fuera una moneda fuerte. Todo indica que Washington seguirá por el camino del dólar barato para evitar que la deuda del Estado ahogue el crecimiento. Y eso favorecerá significativamente a la economía argentina. Es lo que Lorenzino no tuvo en cuenta al decir sus palabras. O no quiso.

(De la edición impresa)

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