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Hacia una estrategia ofensiva

Desafíos de largo plazo.

21 diciembre de 2011

(Columna de Enrique S. Mantilla, Presidente de la Cámara de Exportadores de la República Argentina)

El escenario básico

La eurozona está en crisis. Este es el resultado de haber hecho suposiciones facilistas para evitar

acciones complejas. En materia de decisiones y ejecuciones, exhibió déficit gemelos. En la reciente cumbre del 9 de diciembre puso rumbo hacia lo desconocido (el demonio está en los detalles) y falta saber si China colaborará activamente a favor de su mayor mercado de  exportación. Por eso, en un escenario con 55% de probabilidad de ocurrencia, asistiremos en

Europa a un proceso en el cual habrá caída del consumo y, por lo tanto, de la recaudación del

IVA y del impuesto a las ganancias.

Esto obligará a reestructurar la deuda pública de varios Estados. Inevitablemente, significará

impuestos especiales sobre los stocks para compensar la pérdida de impuestos sobre los flujos o se elevará la tasa sobre éstos. En este escenario, la relación dólar-euro irá pasando del 1,34 actual

a una relación más cerca de 1,16. La crisis de demanda implicará un tope en el precio de las

commodities. Asimismo, la reestructuración del sistema financiero europeo llevará a la cuasi

nacionalización de algunos bancos y a una reducción del crédito disponible. Este hecho tendrá

impacto en la liquidez mundial, afectando así la fluidez del comercio internacional.

No hay ue olvidarse que el euro es una de las monedas de reserva. Por su parte, Europa entrará en un ciclo de ahorrar y exportar. Se intensificará la competencia en los mercados internacionales.

Si no se encuentra una rápida solución a esta tendencia, la trayectoria del PIB europeo para 2012 será una caída de 0,8%, que continuará en 2013 con otro retroceso del orden del 1,5%. En el 2012, el Asia Pacífico crecerá el 5,3% con China a un nivel de 7,7/8%. Se estima para América Latina un crecimiento del 3,2% y para EE.UU, 1,5%. En este escenario habrá que olvidarse de un crecimiento de las exportaciones argentinas a dos dígitos pues estarán más cerca de estancarse.

Estrategia ofensiva

Las primeras reacciones del Gobierno ante el nuevo ciclo han sido de tipo defensivo, tratando de

optimizar el superávit comercial mediante regulaciones sobre las importaciones como ha sido el uso de licencias no automáticas y otras decisiones burocráticas. Por el momento, no se ha expresado con fuerza una estrategia ofensiva para fortalecer al sector exportador. Lo nuevo es el anunciado Acuerdo de Integración Productiva con Brasil cuya filosofía es una vuelta al Acuerdo número 14 de la ALADI, previo al Mercosur. De corto plazo, será positivo para la industria automotriz pero para evaluarlo habrá que esperar sus definiciones operativas y el impacto eventual del Acuerdo Comercial que están negociando México y Brasil.

Pero si se mira de cerca, hay oportunidades. Señalemos algunas:

1. Los atrasos en la devolución de los reintegros e IVA exportadorestán en una meseta ondulante alrededor de 120 días. Una acción decisiva en esta área aumentaría la productividad del régimen.

2. Hay que revisar los derechos de exportación sobre las manufacturas de mayor valor agregado. Actualmente su impacto tributario efectivo es regresivo, es decir, cuanto menor es la utilidad de la empresa, mayor es la carga fiscal relativa. La diferencia entre el contexto del 2004 y del 2011 se debe a la dinámica del aumento de los costos internos.

3. Una aceleración de los trámites de las importaciones vinculadas a la exportación tendría un efecto importante y permitiría realizar una planificación competitiva (justo a tiempo) al reducirse la incertidumbre.

4. El fortalecimiento de la financiación de las exportaciones podría fortalecerse aprovechando la agilidad de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCRA) para adaptarse a contextos complejos. Su capacidad demostrada para generar financiación mediante los fideicomisos y el descuento de cheques de pagos diferidos para pymes debe ser aprovechada. Se trata de crear las DAX, que es un documento de aceptación emitido en dólares por una empresa exportadora con plazos de 30 días a un año que se negociaría en el ámbito de la BCBA con un sistema de registro especial en la Caja de Valores para asegurar su confiabilidad y transparencia. Esto permitiría movilizar ahorro existente en dólares y convertirlo en capital para financiar exportaciones.

5. Es necesaria una coordinación reforzada de los bancos centrales de los países de la ALADI para ampliar y agilizar el uso del sistema de pagos y créditos recíprocos de la ALADI.

6. Es la primera vez en 200 años que Europa y EE.UU. ya no son ni los mayores productores de

bienes, ni los mayores exportadores mundiales. Tampoco son el lugar donde se están localizando

las mayores inversiones industriales. Hay que mirar al nuevo centro dinámico que es Asia Pacífico. Por esta razón, si no se quiere seguir perdiendo peso relativo, hay que aspirar a tasas de inversiones cercanas al 30%. En este sentido, un marco favorable a las inversiones, como sería un ágil régimen de amortización acelerada, debería ser considerado como uno de los instrumentos a implementar.

La nueva productividad

El cambio de ciclo requiere de una nueva ortodoxia, o si se prefiere, de una heterodoxia que incorpore una estrategia ofensiva como respuesta inteligente ante los nuevos desafíos que se plantean. El déficit comercial que tenemos con Brasil nos señala que tenemos un problema de productividad. Estamos a tiempo y la clave es impulsar la nueva productividad con acciones concretas. Se ha hecho mucho pero se puede hacer más.

(De la edición impresa)

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