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Las primarias le quitaron atractivo a la campaña

Hacia una elección sin sorpresas.

02 septiembre de 2011

A cuarenta días de las elecciones, la situación política no tiene la cuota de incertidumbre que cabría suponer cuando el país está por renovar a sus más importantes autoridades. Es que este año, al haberse realizado primarias, que por otra parte tuvieron un resultado contundente, nadie espera que los resultados de octubre sean otros. Esto, sin lugar a dudas, le quita atractivo a la campaña y la incertidumbre es sobre lo que harán las autoridades en su nuevo mandato y no quiénes serán. Hay menos interés que en elecciones anteriores por conocer lo que proponen los distintos candidatos, por ejemplo en materia económica, porque se les atribuyen pocas posibilidades de llegar al Gobierno en

diciembre.

Las estrategias

En la propia oposición se comparte ese juicio y de allí que las estrategias de campaña apunten a posicionar figuras para el futuro o a advertir los riesgos que implica una situación de hegemonía del oficialismo. Efectivamente, la mayoría de las provincias tendrá el mismo signo político que el de la Casa Rosada y lo mismo ocurrirá en el Senado. En ese marco, desde la oposición se hace hincapié en fortalecer su peso en la Cámara de Diputados, para así poderejercer cierto control del Ejecutivo desde allí. Sin embargo, más allá del espíritu republicano que contiene la estrategia, no resulta muy convocante para muchos sectores que le dan prioridad a que el Gobierno disponga de los instrumentos necesarios para llevar adelante sus políticas.

Por otra parte, si bien el resultado es previsible, se trata de una elección presidencial y no puede perder esa condición. Los candidatos de la oposición tienen un compromiso con quienes los votaron y deben seguir presentándole a la sociedad una visión alternativa del país a la que tiene el oficialismo.

Pero el entusiasmo no es lo que predomina en las filas de la oposición con la sola excepción de Hermes Binner, que está convencido de que podrá mejorar su desempeño del 14 de agosto. Su argumento es que su campaña fue más corta y que era menos conocido que otros candidatos. De todas maneras, su candidatura tiene muchos puntos débiles como la fuerte concentración de votos en Santa Fe y su escasa penetración en el conurbano bonaerense. El gobernador de Santa Fe aspira a permanecer, luego de las elecciones, como líder del progresismo, pero para lograr esa posición deberá conquistar muchos más votos que en las primarias.

La otra pelea

En cualquier caso, las elecciones del 23 de octubre se presentan como un escenario en el cual la distribución primaria de los votos entre oficialismo y oposición (50 y 50) no va a sufrir grandes alteraciones dado que la mayoría de los analistas considera que sólo cabría esperar un leve incremento de el porcentaje obtenido por la Presidenta. Pero más variaciones pueden darse en la distribución secundaria en la medida en que el porcentaje de votos que consigan los candidatos opositores puede ser distinto al que lograron en las primarias. Allí, todo indica que Binner incrementará su cosecha y la de Eduardo Duhalde disminuirá.

No es casual, entonces, que hayan comenzado a haber cuestionamientos abiertos. Alberto Rodríguez Saá le apunta a Duhalde y parece haberse deteriorado el vínculo entre Ricardo Alfonsín y Binner. El santafesino arremetió contra las vacilaciones y la política de alianzas de los radicales que a su vez les enrostran a los socialistas haber apoyado las iniciativas más importantes del oficialismo en el Congreso Nacional.

De todas maneras, es poco probable que el peso político de los candidatos no oficialistas se prolongue más allá del 23 de octubre. Serán otros los nombres ? básicamente los que hayan obtenido su reelección al frente de sus distritos ? los que concentren la atención política.

(De la edición impresa)

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