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¿Fin de un paradigma y cambio de rumbo?

Dólar vs. Inflación

21 septiembre de 2011

(Artículo del economista Daniel Glatstein)

La política de tipo de cambio administrado que ha venido llevado adelante el Banco Central desde

el año 2004 con Martín Redrado y luego continuada con Mercedes Marcó Del Pont, ha llegado a su fin. El momento de quiebre, desde el punto de vista psicológico, se produjo el 5 de septiembre pasado, cuando se informó que las reservas del Banco Central perforaron la barrera de los U$S 50 mil millones. Pero, ¿cuál ha sido la política monetaria y cambiaria del modelo “nacional y popular”?

Hasta aquí, lo que ha venido haciendo el Banco Central es aumentar la base monetaria, convalidando así una inflación del 25% anual. Por otra parte, la afluencia de dólares provenientes del comercio, generó una apreciación del peso en términos reales, al igual que en toda la región.

La diferencia reside en que aquí, la apreciación real del peso se produjo con inflación en los precios internos y dólar estable.

Mientras que en el resto de la región, la tasa de inflación fue baja, pero con una caída en el precio nominal del dólar. En términos reales, el efecto es el mismo. Sin embargo, en términos nominales

es distinto. El planteo que suponía que la inflación en los niveles actuales “no es tan mala”, quedó totalmente desvirtuado al ver el resultado que produjo a largo plazo: la destrucción de la confianza en el peso.

La política deliberada de alta inflación ha acentuado el desapego de los argentinos por su moneda. Suele decirse que “los argentinos pensamos en dólares”. Lo cual es cierto, pero no por tratarse de un axioma, sino por ser el resultado inevitable de las políticas monetarias implementadas. Desde septiembre de 2004, la base monetaria se expandió en un 310% (datos del BCRA), y los precios (calculados por los entes estadísticos provinciales confiables) llegaron a 215%.

No obstante este contexto de tasas de interés nominales negativas, los ahorristas no salían espantados. Entendían que colocar un plazo fijo en pesos al 10% anual con una tasa de inflación del 25%, les cerraba porque el dólar quieto les auguraba un buen rendimiento en dólares. Es asícomo en el período septiembre 2004-julio 2011, mientras el dólar se mantuvo relativamente quieto, los depósitos en pesos crecieron 290%.

¿Por qué será distinto a partir de ahora? Porque el comercio internacional ya no es un proveedor tan eficiente de divisas y por lo tanto, el Banco Central ya no podrá sostener la brecha entre inflación y aumento nominal del dólar sin costo en términos de reservas. La tendencia es entonces hacia una confluencia entre la inflación y el aumento en el precio del dólar. Esto aceleraría la caída de la demanda de pesos, porque la inflación ha minado una de las funciones básicas del dinero, que es la de ser reserva de valor.

El resultado es que la Argentina ya no contaría con una moneda, sino que lo que tendría es apenas

una cuasi moneda, que cumple sólo algunas de las funciones básicas del dinero.

(De la edición impresa)

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